domingo, 9 de octubre de 2011

¡NUEVA PROVOCACION CONTRA LA U.A.P. LRT

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¡NUEVA PROVOCACION CONTRA LA U.A.PJ
La Universidad Autónoma de Puebla es una institución comprometida con las más hondas aspiraciones de libertad y progreso social del pueblo mexicano. Nuestra preocupación por hacer realidad una Universidad Democrática, Crítica y Popular expresa el compromiso contraído con obreros y campesinos para democratizar el país.
Esta actitud de principios, sostenida con firmeza a lo largo de años de lucha por la Reforma Universitaria, afectó intereses de los grupos oligárquicos más reaccionarios del Estado. Fue así que las demandas progresistas de estudiantes, profesores y trabajadores suscitaron ta represión y el asesinato, la provocación y la calumnia. Sin embargo» el movi­miento supo actuar correctamente en las situaciones adversas y logró victorias que lo con­dujeron a la actual etapa de consolidación.
Hacer de la UAP un factor que incida en la realidad económico-social de la región, promoviendo su crítica y transformación, es la tarea central que los universitarios pobla­nos nos esforzamos por cumplir. Pero la Universidad sólo alcanzará estos objetivos en la medida en que, a partir de la reorientación del contenido y función social de la enseñanza, impulse la investigación científica, eleve sus niveles académicos y amplíe las actividades de extensión universitaria. Necesariamente esto implica también, en las condiciones pre­sentes de la UAP, afectar intereses de grupos pandilleriles y de peisonas que alientan la corrupción y que, escudándose en la Universidad, cometen actos que afectan su prestigio y desarrollo. Era previsible la reacción de tales individuos ante los pasos que van concre­tando el programa de Reforma Universitaria.
La respuesta violenta se presentó en la sesión ordinaria del H. Consejo Universitario del 21 de noviembre último, cuando algunos consejeros, miembros del llamado Frente Es­tudiantil Popular-Partido Socialista de los Trabajadores (FEP-PST), dicidieron retirarse y desconocer esta máxima autoridad deliberativa y ejecutiva universitaria, profiriendo in­sultos y amenazas contra sus integrantes y, especialmente, contra el rector de la UAP. Tal incidente no merecería mayor preocupación si no formara parte de una larga secuela de actos gangsteriles dentro y fuera de esta Casa de Estudios, que obedecen a la conducta oportunista y provocadora del FEP-PST.
Los pretextos que motivaron dicho comportamiento fueron el inminente nombra­miento del nuevo director de la Escuela de Ciencias Económico Administrativas (CEA) y la supuesta negativa por parte del Consejo Universitario para integrar a la UAP la Prepa­ratoria Incorporada Enrique Cabrera. Aunque en el fondo está la resistencia a medidas que buscan barrer con la corrupción y el pandillerismo.
Tras las intervenciones y propuestas de Miguel Hernández Delgado, consejero alum­no de la Escuela de CEA y prominente miembro del FEP, se ocultan las irregularidades administrativas existentes en esa escuela y que van desde la falsificación de documentos académicos, hasta la realización de exámenes fraudulentos, que permitieron, por ejemplo, que la persona mencionada "cursara" en dos años una carrera de cinco. De la misma ma­nera, los intentos del FEP por imponer la aceptación de la escuela preparatoria Enrique Cabrera, equivalen a legalizar la corrupción administrativa y las irregularidades académicas qu imperan en esa escuela. La Rectoría se pronuncia por la integración de la preparatoria Enrique Cabrera a la Universidad, pero sólo bajo normas que garanticen la existencia de niveles académicos y honestidad administrativas.
El día 24 continuó la secuela de provocaciones con la toma del Hospital Universita­rio por parte de este mismo grupo. Coludidos con el doctor Guillermo Cabrera Candía, los señores Alejandro del Castillo, Alejandro Gallardo, Miguel Hernández Delgado, Marco Antonio Virgen, Joaquín Rodríguez Soriano, Armando Méndez Romero, Carlos Talavera y Arturo Loyola, se presentaron a expulsar al doctor Rafael Valdez, subdirector técnico, y al señor Agustín Bárcena, administrador del mencionado hospital. Este hecho, además de provocar una situación conflictiva, pretende ser utilizado como una medida de presión en contra de las autoridades universitarias, sin medir las graves consecuencias que pudieran ocasionar en el funcionamiento de los servicios médicos y el consiguiente peligro para los enfermos que se encuentran internados en dicha institución.
La Rectoría ha considerado oportuno hacer del conocimiento estos hechos ante la opinión pública nacional y local, para evitar las inminentes agresiones y atentados contra los funcionarios de la UAP, por parte del grupo mencionado, el cual amenaza con truncar su desarrollo académico, cultural y político.
Puebla, Pue., 24 de noviembre de 1975.
Es realmente emocionante ver esta manifestación de júbilo popular, esta multitud reunida para manifestar su voluntad y sus deseos, para resolver sus problemas y luchar junto con los estudiantes y los maestros universitarios, en defensa de los más legítimos intereses populares.
La Universidad Autónoma de Puebla se siente orgullosa de contar con el pueblo, de contar con los campesinos; y al mismo tiempo hace la solemne promesa ante todos ustedes, de contribuir y continuar luchando junto con los obreros, con los campesinos, junto con el pueblo, en defensa de sus libertades, por sus derechos, por una vida mejor y más digna.
Compañeros: esta manifestación tiene una función principal. Ciertamente estamos lu­chando por subsidios, pero ¿por qué recurrimos a las masas populares para pedir subsidios?
Voy a tratar de explicar a ustedes que es la Universidad Autónoma de Puebla y lo que representa en estos momentos en el contexto político y educativo superior de nuestro país.
Nuestra Institución es una auténtica universidad popular, no un membrete, como algunas instituciones ostentan, es una realidad. Es una universidad que tiene una misión: ligarse al pueblo para conseguir su libertad y su liberación.
Compañeros: nuestra universidad popular presenta aspectos fundamentales. Necesi­tamos y queremos mantener abiertas las puertas de la universidad para los hijos de los cam­pesinos, de los obreros y délos trabajadores. Por eso nos oponemos a subir las cuotas, y las colegiaturas. Nuestra tesis plantea que es obligación del Estado subsidiar y dar las bases económicas suficientes para el desarrollo de las universidades y que el peso de la educación superior en México recaiga sobre el Gobierno Federal, sobre los gobiernos Estatales, no sobre los hombros de los trabajadores, de los campesinos y de los estudiantes.
Ustedes deben recordar, compañeros, que esta Universidad no de ayer ni antier, sino hace años y desde décadas, ha estado luchando por las mejores causas del pueblo. Esa es otra forma como se manifiesta el carácter popular de nuestra universidad, por un lado,


Nadie olvida, sin embargo, que la educación en todos sus grados sólo se explica com­prendiendo e! todo social así como la base económica de cada sociedad. Frente al empuje de la nueva universidad, la clase dominante sigue formulando alternativas, que intentan suprimir el pasado, borrar la historia, para manipular mejor el futuro inmediato. Hoy el capitalismo sigue hallando la fórmula para dotarse de cuadros altos, medios e inferiores. Se sube a la cresta de la ola y toca tierra sin aparentes problemas.
Es en este conjunto de situaciones que la lucha espontánea y el replanteamiento de la ofensiva constituyen problemas muy serios para las fuerzas democráticas. Este periodo acaso se prolongue por años. En ese lapso se repetirán, como ya ocurre, los triunfos par­ciales y las derrotas, avances y retrocesos, movimientos laterales, alianzas y zigzagueos sin fin. Todo queda dentro de un intenso movimiento, tan ágil y complejo como la vida misma de la universidad.
En este periodo de la lucha histórica, son las fuerzas más consecuentes, los destaca­mentos de avanzada en cada periodo, quienes deben ganarse la dirección del proceso. El ámbito universitario es sumamente maleable, pero cuando predomina el escepticismo no hay fuerza capaz de removerlo. A la furia incontenible del 68 siguió en no pocas universi­dades un funesto reflujo, que hundió al movimiento en el marasmo, produciendo uno de los periodos de crisis más prolongados del movimiento estudiantil.
Así pues, la dirección universitaria es tarea titánica, como lo ha señalado el rector Alfonso Vélez Pliego. La ludia es en todos los frentes. Luchar por hacer de nuestra Casa de Estudios una institución, donde con rigor académico, se construyan los espacios crí­ticos para cambiar la sociedad. La orientación de la Universidad exige lucidez sin límite y una entrega apasionada al trabajo como lo hiciera en su tiempo, siendo rector, Luis Rivera Terrazas.
A construir una universidad distinta en la paz y en la confrontación; en el aula y en la manifestación callejera; en la investigación y en el trabajo gris del escritorio,ha de­dicado estos últimos años el ingeniero Luis Rivera Terrazas. En sus dos periodos en la Rectoría de la Universidad Autónoma de Puebla, experimentó lo mismo el apremio de un subsidio insuficiente que los requerimientos de contribuir efectivamente al establecimiento de un perfil definido y concreto de una institución de nuevo tipo.
El proyecto de Universidad crítica, democrática y popular requiere que a esa carac­terización responda el trabajo en perspectiva y el quehacer cotidiano. Rivera Terrazas ha tenido oportunidad de intervenir en un largo tramo del proceso de construcción de esa nueva universidad. En este volumen se recogen textos suyos que comprenden desde los pronunciamientos ante sucesos de actualidad política, hasta reflexiones sobre el complejo tema universitario.
Sirva este material para la discusión acerca de la Universidad, práctica dialéctica que
desde hace más de 400 años ha venido forjándose y que, en esencia, se renueva cada vez.
i
Alfonso Yáftez D.
Febrero de 1983

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