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jueves, 29 de mayo de 2014

La OCDE, reprobada en educación

La OCDE, reprobada en educación 

La OCDE, reprobada en educación

Manuel Pérez Rocha

La OCDE, reprobada en educación
Los perjuicios de la prueba PISA –aplicada e interpretada por la OCDE– han sido señalados por una centena de distinguidos académicos de 10 países "desarrollados", todos ellos reconocidos especialistas en educación, en una carta publicada el pasado 6 de mayo en el diario británico The Guardian. Esta prueba PISA, desacertada iniciativa del "club de países ricos", se suma a otros traspiés que en materia educativa ha cometido ese organismo a lo largo de su historia.
Empecemos por el Proyecto Regional Mediterráneo (PRM), al que me referí ya hace unos meses en este espacio. Ese "proyecto" de costos millonarios, desarrollado por la OCDE en 1962, fue un fracaso reconocido por sus propios directivos. Sirvió, cuando mucho, "para afinar técnicas de análisis estadístico", se dijo en un informe. No obstante su fracaso en los países del Mediterráneo (España, Portugal, Italia, Grecia y Turquía), la propia OCDE promovió su réplica en otras regiones, entre ellas América Latina. En nuestro país la SEP lo aplicó, con el apoyo de la propia OCDE y el Banco de México, para elaborar durante el gobierno de Díaz Ordaz un Plan Integral de Desarrollo de la Educación, que resultó un inútil absurdo.
Con el PRM se pretendió hacer previsiones precisas de futuras necesidades de mano de obra del aparato productivo (por países, sectores, ramas y especialidades), para ajustar a estas necesidades la expansión del sistema educativo respectivo; meta propuesta aun hoy en día por algunos despistados funcionarios de la SEP, algunos opinadores y directivos del "sector privado". En nuestros días esta meta es inaceptable, implicaría una seria contracción de los sistemas educativos pues la demanda de personas "educadas" es mucho menor que la "oferta" generada por las instituciones escolares.
La primera crítica al Proyecto Regional Medi­terráneo de la OCDE era, por supuesto, su visión economicista de la educación, la reducción de la educación a la categoría de insumo de la "economía" (esto es, los negocios) y la reducción de los hombres y mujeres a la categoría de meros "recursos humanos" de las empresas. El fracaso del PRM obedeció a diversas causas, entre ellas: a) la pretensión de "planificar" un "insumo" (los trabajadores) que es parte de un sistema (producción capitalista) regido por los intereses de las unidades individuales (las empresas); b) la imposibilidad de prever los efectos que el cambio tecnológico genera en las "cualidades" y cantidad de la mano de obra requerida, y c) la imprevisibilidad para plazos medios y largos de variables "económicas" incluidas en su modelo matemático, entre ellas el mismo PIB (como se está viendo hoy).
Pronto abandonó la OCDE este inútil intento de "planificación educativa" y se embarcó en una nueva aventura fallida: la aplicación de la teoría del "capital humano", desarrollada en los años 70 del siglo pasado por Teodoro Schultz, Milton Friedman, Gary Becker y otros economistas de la Universidad de Chicago. Igual que la "planificación de recursos humanos", esta nueva teoría inscrita en el economicismo educativo es inaceptable pues reduce a las personas a su función de factor de producción. Pero además, se sustenta en una ciencia falaz y de consecuencias siniestras, por ejemplo en sus aplicaciones a la educación y la salud: de acuerdo con esa teoría, el valor de las "inversiones" en estos campos lo define la "tasa de retorno", cuando ésta es insatisfactoria la inversión se considera indeseable, aun si implica el desahucio de los débiles.
La OCDE promovió con empeño la aplicación de esas teorías y enfoques para orientar políticas educativas. En concreto, influyó para que en muchos países se impusiera una de sus aplicaciones: el "crédito educativo". En México, en la administración de Echeverría se generó un fuerte impulso a estas políticas de "financiamiento de la educación". "El que tenga dinero que pague su educación, al que no tenga le prestaremos dinero que pagará con intereses cuando se incorpore a un empleo", declaró el señor Prudencio López, alto dirigente de la cúpula empresarial mexicana y primer director del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), organismo creado, entre otros, para ese propósito. Este señor también fue el primer presidente del Consejo Coordinador Empresarial, conciliábulo de la oligarquía mexicana constituido para enfrentar el "izquierdismo" echeverrista y que ahora, 40 años después, se ha sumado a la campaña de linchamiento del magisterio mexicano impulsada también por la OCDE. Ya señalé hace dos semanas, en este espacio, que la aplicación de esas teorías ha sido la causa, por ejemplo, de las crisis del sistema educativo chileno y del sistema de pagos de los estudiantes universitarios estadunidenses. Asimismo, inspiró el llamado "programa" de financiamiento de la educación superior de Felipe Calderón.
Ignorando que históricamente la intervención de la OCDE en el ámbito educativo se caracteriza por fracasos de graves resultados, el gobierno federal (desde Salinas) ha impuesto la imagen de ese organismo como autoridad mundial en materia educativa; los resultados de la prueba PISA han sido utilizados como arma central para la denostación y linchamiento de los maestros mexicanos, y pretexto para imponerles un régimen laboral de excepción violatorio de sus derechos. Específicamente, la OCDE presionó al gobierno mexicano para que sean despedidos los maestros que no aprueben las evaluaciones propuestas por ese mismo organismo, entre ellas la fenecida prueba Enlace.
Desde el inicio de la aplicación de la prueba PISA, muchos especialistas señalaron sus deficiencias y los efectos perniciosos de su aplicación en nuestro país. Tanto los gobiernos panistas como el de Peña Nieto han ignorado esos señalamientos y la SEP continúa usando los resultados de esa prueba como un diagnóstico orientador de la política educativa. La carta de un grupo de más de 100 académicos, autoridades en materia educativa, dirigida al funcionario de la OCDE responsable de PISA, señala los graves defectos de esa prueba y cuestiona la autoridad de la OCDE en esa materia.
Uno de los propósitos de la prueba PISA es examinar la capacidad de los estudiantes para aplicar los conocimientos en la solución de problemas. Es claro que de aplicar esta prueba a la propia OCDE, quedaría reprobada.
http://www.jornada.unam.mx/politica/2014/05/29/022a2pol

La OCDE, reprobada en educación

Manuel Pérez Rocha

La OCDE, reprobada en educación
Los perjuicios de la prueba PISA –aplicada e interpretada por la OCDE– han sido señalados por una centena de distinguidos académicos de 10 países "desarrollados", todos ellos reconocidos especialistas en educación, en una carta publicada el pasado 6 de mayo en el diario británico The Guardian. Esta prueba PISA, desacertada iniciativa del "club de países ricos", se suma a otros traspiés que en materia educativa ha cometido ese organismo a lo largo de su historia.
Empecemos por el Proyecto Regional Mediterráneo (PRM), al que me referí ya hace unos meses en este espacio. Ese "proyecto" de costos millonarios, desarrollado por la OCDE en 1962, fue un fracaso reconocido por sus propios directivos. Sirvió, cuando mucho, "para afinar técnicas de análisis estadístico", se dijo en un informe. No obstante su fracaso en los países del Mediterráneo (España, Portugal, Italia, Grecia y Turquía), la propia OCDE promovió su réplica en otras regiones, entre ellas América Latina. En nuestro país la SEP lo aplicó, con el apoyo de la propia OCDE y el Banco de México, para elaborar durante el gobierno de Díaz Ordaz un Plan Integral de Desarrollo de la Educación, que resultó un inútil absurdo.
Con el PRM se pretendió hacer previsiones precisas de futuras necesidades de mano de obra del aparato productivo (por países, sectores, ramas y especialidades), para ajustar a estas necesidades la expansión del sistema educativo respectivo; meta propuesta aun hoy en día por algunos despistados funcionarios de la SEP, algunos opinadores y directivos del "sector privado". En nuestros días esta meta es inaceptable, implicaría una seria contracción de los sistemas educativos pues la demanda de personas "educadas" es mucho menor que la "oferta" generada por las instituciones escolares.
La primera crítica al Proyecto Regional Medi­terráneo de la OCDE era, por supuesto, su visión economicista de la educación, la reducción de la educación a la categoría de insumo de la "economía" (esto es, los negocios) y la reducción de los hombres y mujeres a la categoría de meros "recursos humanos" de las empresas. El fracaso del PRM obedeció a diversas causas, entre ellas: a) la pretensión de "planificar" un "insumo" (los trabajadores) que es parte de un sistema (producción capitalista) regido por los intereses de las unidades individuales (las empresas); b) la imposibilidad de prever los efectos que el cambio tecnológico genera en las "cualidades" y cantidad de la mano de obra requerida, y c) la imprevisibilidad para plazos medios y largos de variables "económicas" incluidas en su modelo matemático, entre ellas el mismo PIB (como se está viendo hoy).
Pronto abandonó la OCDE este inútil intento de "planificación educativa" y se embarcó en una nueva aventura fallida: la aplicación de la teoría del "capital humano", desarrollada en los años 70 del siglo pasado por Teodoro Schultz, Milton Friedman, Gary Becker y otros economistas de la Universidad de Chicago. Igual que la "planificación de recursos humanos", esta nueva teoría inscrita en el economicismo educativo es inaceptable pues reduce a las personas a su función de factor de producción. Pero además, se sustenta en una ciencia falaz y de consecuencias siniestras, por ejemplo en sus aplicaciones a la educación y la salud: de acuerdo con esa teoría, el valor de las "inversiones" en estos campos lo define la "tasa de retorno", cuando ésta es insatisfactoria la inversión se considera indeseable, aun si implica el desahucio de los débiles.
La OCDE promovió con empeño la aplicación de esas teorías y enfoques para orientar políticas educativas. En concreto, influyó para que en muchos países se impusiera una de sus aplicaciones: el "crédito educativo". En México, en la administración de Echeverría se generó un fuerte impulso a estas políticas de "financiamiento de la educación". "El que tenga dinero que pague su educación, al que no tenga le prestaremos dinero que pagará con intereses cuando se incorpore a un empleo", declaró el señor Prudencio López, alto dirigente de la cúpula empresarial mexicana y primer director del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), organismo creado, entre otros, para ese propósito. Este señor también fue el primer presidente del Consejo Coordinador Empresarial, conciliábulo de la oligarquía mexicana constituido para enfrentar el "izquierdismo" echeverrista y que ahora, 40 años después, se ha sumado a la campaña de linchamiento del magisterio mexicano impulsada también por la OCDE. Ya señalé hace dos semanas, en este espacio, que la aplicación de esas teorías ha sido la causa, por ejemplo, de las crisis del sistema educativo chileno y del sistema de pagos de los estudiantes universitarios estadunidenses. Asimismo, inspiró el llamado "programa" de financiamiento de la educación superior de Felipe Calderón.
Ignorando que históricamente la intervención de la OCDE en el ámbito educativo se caracteriza por fracasos de graves resultados, el gobierno federal (desde Salinas) ha impuesto la imagen de ese organismo como autoridad mundial en materia educativa; los resultados de la prueba PISA han sido utilizados como arma central para la denostación y linchamiento de los maestros mexicanos, y pretexto para imponerles un régimen laboral de excepción violatorio de sus derechos. Específicamente, la OCDE presionó al gobierno mexicano para que sean despedidos los maestros que no aprueben las evaluaciones propuestas por ese mismo organismo, entre ellas la fenecida prueba Enlace.
Desde el inicio de la aplicación de la prueba PISA, muchos especialistas señalaron sus deficiencias y los efectos perniciosos de su aplicación en nuestro país. Tanto los gobiernos panistas como el de Peña Nieto han ignorado esos señalamientos y la SEP continúa usando los resultados de esa prueba como un diagnóstico orientador de la política educativa. La carta de un grupo de más de 100 académicos, autoridades en materia educativa, dirigida al funcionario de la OCDE responsable de PISA, señala los graves defectos de esa prueba y cuestiona la autoridad de la OCDE en esa materia.
Uno de los propósitos de la prueba PISA es examinar la capacidad de los estudiantes para aplicar los conocimientos en la solución de problemas. Es claro que de aplicar esta prueba a la propia OCDE, quedaría reprobada.
Consulte www.siclapueblanoticias.blogspot.mx

sábado, 28 de diciembre de 2013

México cierra el año con muy malas calificaciones de la OCDE

México cierra el año con muy malas calificaciones de la OCDE

Roberto Garduño

México cierra el año con muy malas calificaciones de la OCDE
■ En meses recientes ha reprobado las evaluaciones en seguridad, educación e ingresos
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) –integrada por un "club" de 34 países productores de 60 por ciento de bienes y servicios a escala global–, de la que México forma parte, ha reprobado en los meses recientes las políticas aplicadas por la administración de Enrique Peña Nieto en los rubros de salud, educación y seguridad.
En mayo pasado la calificación aplicada en el Índice de mejor vida ubicó a México en el penúltimo sitio de los integrantes de la organización, únicamente por delante de Turquía.
En octubre, ese "club" de naciones que se autoproclaman democráticas y desarrolladas consideró al país como su integrante más inseguro, pues a partir de la tasa de delitos y homicidios registrados, el país obtuvo una calificación de cero.
"México es el Estado miembro que tiene la tasa más alta de asesinatos, pero también es el país donde existe la máxima disparidad regional en estos crímenes. La tasa de homicidios de Chihuahua es 56 veces superior a la de Yucatán".
Incluso los índices revelados por la OCDE colocaron a la República Mexicana en el último puesto en cuanto a educación, y en los más bajos sitios en los ingresos por habitante.
Si bien, ese organismo multinacional es presidido por uno de los economistas neoliberales más connotados en el ámbito del poder político del PRI y del PAN, José Ángel Gurría, los resultados que ha obtenido el país no le dejan bien parado.
Los pequeños avances
En mayo pasado se divulgó un estudio elaborado por la organización, donde se ubicó a México en el último lugar de las "dimensiones" de educación y seguridad. No obstante, el análisis abordó temáticas como la salud, vivienda e ingreso.
El organismo reconoce, mediante el contenido de su estudio, que si bien "en la última década se ha hecho un tremendo esfuerzo por mejorar la calidad de vida de los habitantes, sobre todo en educación, salud y trabajo, en un gran número de las dimensiones estudiadas México se mantiene por debajo de la mayoría de los países miembros".
La paradoja no fue ajena al estudio, porque los mexicanos encuestados y que participaron en el análisis se dijeron satisfechos con su vida, a pesar de los bajos ingresos que obtienen, demostrándose que para los habitantes de este país el dinero no lo es todo.
Hasta hace algunos meses, el ingreso promedio de los mexicanos alcanzaba los 12 mil 182 dólares anuales, mientras el promedio de los habitantes del resto de los países de la OCDE (33 naciones) ascendió a 22 mil 284 dólares.
Las calificaciones más relevantes para México se dieron en los rubros de satisfacción de vida, con 6.7 de un máximo de 10 puntos, y condiciones laborales, con 7.1, mientras que en educación alcanzó 3.3, en ingresos 0.7 y en seguridad.
El nivel en que la OCDE ubica al país en el Índice de mejor vida también le concede una reducción de la tasa de mortalidad infantil. No obstante, en esperanza de vida se coloca en el más bajo, pues el promedio es de 74 años, y en el resto de las naciones se eleva a 80 años.
En México, para las mujeres el promedio de vida es de 77 años, y de 71 para los hombres, frente al promedio de la organización, en que las mujeres viven 83 años y los hombres 77.
Otro tema que atrae la atención de ese "club" de países es el incremento en las tasas de obesidad, que si bien ha aumentado en todos los países integrantes, para promediar 17.8 por ciento de la población, en México se dispara hasta 30 por ciento, sólo por debajo de Estados Unidos. Este fenómeno generará en el futuro notables problemas de salud, como la diabetes, padecimientos cardiovasculares y asma.
Después de que la organización reveló los resultados de las encuestas, apenas en octubre pasado, se expuso que México es el país más inseguro, concediéndole una calificación de cero. De cero a 10 se describió un nivel bajo en el ámbito en la vida laboral y privada, con 3.3; vivienda, 3.6, y salud, 3.7. Y prevaleció como la mejor calificación para los mexicanos la satisfacción personal con la vida, al mantenerse en 6.7.
En fechas recientes la OCDE también presentó el estudio México: Fortaleciendo las políticas públicas de seguridad y justicia, fundadas en la evidencia, con el propósito de formular y aplicar acciones que enfrenten la alta incidencia de la delincuencia y el aumento de los delitos violentos.
En el rubro de la delincuencia, considerada como un fenómeno territorial en casi todos los países integrantes de la OCDE –esto se intensifica en México–, en el país se registra la tasa más alta de asesinatos y se descubre el vínculo entre los actos ilegales y violentos con otras variables socioeconómicas como el desempleo juvenil.
Para enfrentar esto, señala la OCDE, es necesario realizar esfuerzos adicionales para aumentar el volumen de datos comparativos en el ámbito de la justicia.
Para incidir en mejores condiciones de seguridad en México se requieren, insiste la organización, políticas de seguridad y justicia basadas en evidencia, directa, coherente y sistemática.
Este diario publicó en su edición de ayer que la organización considera que México es el único país –de los que la integran– con notable pérdida de bosques y selvas. En el periodo que comprende 2005 a 2010 se perdieron más de 155 mil hectáreas anuales de vegetación, lo que le ubicó en el sitio vigesimoprimero a escala mundial entre los que pierden la llamada cubierta forestal.
Así comenzaron este año los habitantes de Tepenepantla, en Chimalhuacán, estado de México José Carlo González
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México, único país de la OCDE que pierde bosques y selvas

México, único país de la OCDE que pierde bosques y selvas

Angélica Enciso L.

México, único país de la OCDE que pierde bosques y selvas
■ En 2005-2010 desaparecieron más de 155 mil hectáreas de vegetación al año
México es el único país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que pierde sus bosques y selvas. En el periodo 2005-2010 se perdieron más de 155 mil hectáreas anuales de vegetación, lo que colocó al país en el lugar 21 mundial entre aquellos que pierden cubierta forestal.
Esto señala el programa sectorial de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) 2013-2018, donde se precisa que esta pérdida de ecosistemas no sólo tiene efectos sobre la biodiversidad, sino también significa la desaparición de oportunidades para aprovechar sustentablemente los recursos naturales y sus servicios ambientales, así como para proporcionar beneficios económicos a sus propietarios.
El capital forestal se ve amenazado por la pérdida y la degradación de las zonas boscosas y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los costos económicos del agotamiento de los recursos forestales, que incluyen las pérdidas por aprovechamiento forestal, deforestación e incendios forestales, en 2011 sumaron 15 mil millones de pesos, es decir, 0.1 por ciento del PIB, indica el documento. Esta cifra es casi tres veces mayor que el valor de la producción maderable nacional en 2011, calculada en 6 mil 369 millones de pesos.
Aun con la riqueza forestal, los volúmenes de producción maderable han permanecido por debajo del potencial de los bosques y con una tendencia a la baja en la última década. Entre 2001 y 2011, agrega, la producción maderable cayó cerca de 30 por ciento, ya que pasó de 8.1 millones a 5.7 millones de metros cúbicos de madera en rollo por año.
En cuanto a conservación, el documento apunta que alrededor de 56 por ciento (98) de las áreas naturales protegidas del país carecen de un programa de manejo publicado y en 25 de ellas hay conflictos por la delimitación de los polígonos con serios procesos de degradación, por lo que es necesaria su revisión para confirmar su estado de protección. Señala también que una parte importante de la riqueza biológica nacional se encuentra en riesgo y detalla que, de acuerdo con la norma oficial mexicana 059, que enlista a la biodiversidad en alguna categoría de riesgo, hay 2 mil 606 especies, muchas de ellas emblemáticas, como el jaguar, el águila real, el quetzal y la vaquita marina. Entre las plantas los grupos con más especies en riesgo son las cactáceas, orquídeas, palmas y agaves.
Precisa que en el caso de la fauna, los grupos con más especies en riesgo son los reptiles, con 54.4 por ciento de las especies conocidas en el país; aves, 33.5; mamíferos, 45.2 por ciento; anfibios, 53.7, y peces, 7.5 por ciento.
"El riesgo en que se encuentran muchas especies de plantas y animales mexicanos se debe principalmente a que no se ha logrado detener la pérdida y degradación de los ecosistemas", indica el documento.
Sumado a esto, agrega, desde la segunda mitad del siglo pasado la superficie de ecosistemas naturales del país se redujo significativamente para transformarse en terrenos agropecuarios, zonas urbanas y obras de infraestructura. Hasta 2011, 28.7 por ciento del territorio nacional había perdido sus ecosistemas naturales y el restante 71.3 los mantenía con diferentes grados de conservación.
Vista de la zona boscosa de Ocuilan, estado de México, devastada por grupos organizados de taladores clandestinos Agencia MVT
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