jueves, 3 de junio de 2010

A 44 años del movimiento estudiantil del Cerro de Mercado

Emiliano Hernández Camargo
A 44 años del movimiento estudiantil del Cerro de Mercado: Protagonistas y resultados
El Sol de Durango
4 de junio de 2010


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El 2 de junio se cumplieron 44 años del inicio del Movimiento Estudiantil del Cerro de Mercado que desembocó, el 5 de agosto de 1966, en la "desaparición de poderes del estado de Durango" y la caída del gobernador ingeniero Enrique Dupré Ceniceros. El hecho histórico fue motivo de reflexión en una sesión del Consejo Consultivo de NAFINSA a la vez que fuimos invitados, por su director Luis Bonilla Elizondo, la doctora Rosa María Valles Ruiz y yo, para hablar -en el marco de las conmemoraciones del Centenario de la Revolución- de este acontecimiento que conmovió a nuestra generación, pero que poco pervive en la memoria colectiva de los duranguenses. Ha sido materia de interés mínimo en la esfera oficial y en los círculos académicos.

En el encuentro con los empresarios, la plática giró alrededor del eje de dos libros, que se complementan y conectan. El de Rosa María, "60 Días que Conmovieron a Durango. Movimiento Estudiantil-Popular 1966" (escrito por una investigadora y profesional de la pluma) y el que me publicó CONACULTA, en 1996, "Durango. El Movimiento Estudiantil de 1966". Ambos coincidimos que deben ser estudiados a profundidad los tres hechos históricos del Siglo XX en Durango, que han generado una gran movilización de los duranguenses. La Revolución Mexicana, el Movimiento Cristero -en Durango se prolongó hasta 1940- y el Movimiento del Cerro de Mercado, diferentes en su dimensión socioeconómica y de distinta naturaleza, pero de alguna manera interconectados y con trascendencia política en su tiempo.

En mi exposición me referí a los propósitos y contenidos de mi libro publicado en ocasión del 30 aniversario de la "toma del Cerro de Mercado", en el que subrayé que "faltan voces... versiones... enfoques... juicios de historiadores y protagonistas". De ahí que al escribir señalé que mi intención era, contribuir al conocimiento de la historia contemporánea de Durango, precisar los puntos de referencia del movimiento y sus repercusiones en el periodo de 1965 a 1967, "reconocer públicamente a los dirigentes estudiantiles" y "facilitar la tarea a los investigadores y académicos preocupados por clarificar los acontecimientos". Con esa idea se armó el libro con los siguientes componentes: Uno. Artículos publicados en El Sol de Durango en 1991 (25 años después), Dos. Testimonios de la prensa local, regional y de la ciudad de México, del 7 de agosto de 1965 al 18 de agosto de 1967 (reprografías), Tres. 47 fotografías de los actores y grupos participantes, y, Cuatro. 629 referencias bibliográficas de documentos, periódicos y revistas. La información de mi libro ha sido referencia de los libros que le siguieron. (El de Rosa María, que se editará en 2010, es el número 6 sobre el tema).

En cuanto a los protagonistas del movimiento. Fui enfático en señalar a las organizaciones de la sociedad civil y a los funcionarios de los gobiernos federal y estatal, con los que negociaron los estudiantes. Coincido con Rosa María, "los actores principales fueron estudiantes del ITD y de la UJED... aunque no fueron los únicos empresarios, políticos, clero y medios de comunicación tomaron posiciones". En ese contexto me referí a los 57 días que estuvo tomado el Cerro por los estudiantes y a las estructuras organizacionales que surgieron durante los meses álgidos del movimiento: Consejo de Gobierno Estudiantil, Comité de Huelga Universitario, Asambleas públicas en la Plaza de Armas, los campamentos en el Cerro de Mercado, las llamadas Fuerzas Activas y Productivas y el Comité de Abastecimientos. Mención especial a las sociedades de alumnos del ITD, la Normal y las escuelas de la UJED, así como la Federación de Estudiantes Técnicos, que respaldo el movimiento desde el principio.

El Movimiento Estudiantil se desarrolló en cuatro etapas. La inicial durante 1965 se gestó como Frente Defensivo de Recursos Naturales de Durango, que caminó en paralelo a la configuración de Bosques Mexicanos A.C. La segunda, a partir del 2 de junio de 1966, tuvo como objetivo puntual la instalación de una Planta Siderúrgica. En el tercer tiempo los oradores manejaron la bandera de la Liberación del Cerro del Mercado, que derivó en la cancelación de la concesión a la Fundidora de Monterrey. En la etapa final cobró forma la demanda popular y social de la industrialización de Durango con apoyo del Gobierno Federal.

Entre los personajes de la política enlisté, al gobernador Enrique Dupré Ceniceros, al secretario de Patrimonio Nacional, general Alfonso Corona del Rosal y al subsecretario Rodolfo González Guevara, que fueron interlocutores del Consejo de Gobierno Estudiantil en las negociaciones. Del mundo empresarial los más mencionados fueron los industriales Carlos Prieto y Gilberto Rosas Simbeck. A juicio de Rosa María, después de la toma del Cerro de Mercado, el 2 de junio, aparecen como "intelectuales del movimiento, tres actores principales; el industrial maderero Gilberto Rosas, el gobernador y el general Salvador Rangel Medina comandante de la X Zona Militar".

Un aspecto que motivó preguntas fue el de los logros del movimiento estudiantil popular de los duranguense. Les comenté que los resultados nos provocaron desánimo y frustración, dado que la opinión pública se quedó con la idea de que los objetivos centrales y únicos de la lucha eran la instalación de una planta siderúrgica al lado del Cerro de Mercado, la cancelación de la Concesión a la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, lo cual era material y políticamente imposible. No fuimos convincentes a la hora de explicar que el gran objetivo era la industrialización de los recursos naturales de Durango.

En muchos quedó la idea que nos habíamos vendido y que fuimos manipulados por los empresarios de la madera o por los enemigos del gobernador. La verdad es que el Consejo de Gobierno negociador oficial, nunca solicitó el relevo del gobernador Dupré ni la concesión de la explotación de los bosques para algún grupo empresarial. La demanda de creación de un organismo federal para industrializar los recursos forestales, no fue del agrado de Gilberto Rosas.

De ahí que a la distancia de 44 años puedo reafirmar lo que en mi libro dije en 1996. Los estudiantes entregamos la estafa al nuevo gobierno, encabezado por el licenciado Luis Angel Rodríguez Solórzano, y a la sociedad duranguense con los siguientes resultados obtenidos de las negociaciones con el Gobierno Federal:

Elaboración de un Plan Integral del Estado de Durango con un horizonte de 25 años. Lo inició una Comisión Técnica instalada el 16 de agosto de 1966 por el secretario de Industria y Comercio del Gobierno Federal, licenciado Octaviano Campos Salas (integrado por los técnicos de la SECOFI, de las instituciones de Educación Superior de Durango y del Gobierno del Estado). Esta determinaría la viabilidad técnica y económica de establecer una Siderúrgica en Durango.

Se incluyó a Durango en el Plan Siderúrgico Nacional del Gobierno Federal.

Se creó un Fondo de Promoción Industrial con aportaciones de $4.50 por cada tonelada de mineral que saliera del Cerro de Mercado.

Se creó la empresa paraestatal Productos Forestales Mexicanos (PROFORMEX) el 11 de noviembre de 1967.



RESULTADOS CIVIO-POLITICOS

El movimiento constituye una lección que marca el nacimiento de la sociedad civil organizada y el destello de un federalismo desde Durango.

Tomamos conciencia de reivindicar el derecho de intervenir en las decisiones sobre el destino de los recursos naturales del Estado y la industrialización (bosques y minerales).

El pueblo de Durango, se erigió en un grupo cohesionado y unido en torno al objetivo común, de exigir la atención del Gobierno Federal.

El Movimiento Estudiantil del Cerro de Mercado de 1966, en confrontación el gobierno central y el poderoso grupo industrial de la Fundidora de Monterrey, reafirmó en nuestra generación el sentido de pertenencia a un Estado de la República Mexicana, tratado injustamente por la federación.

Nuestra generación tomó conciencia del rezago socioeconómico del Estado en relación con otras entidades federativas de la República.

Tomamos conciencia del devenir de nuestro "Estado Libre y Soberano" en el proceso de configuración de los Estados Unidos Mexicanos.

Rosa María lo sintetiza en los siguiente, "los resultados materiales fueron magros, aunque es indiscutible que constituyó una toma de conciencia generalizada entre el pueblo duranguense".

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