lunes, 20 de mayo de 2013

RESCATEMOS LA UAP COMO UNIVERSIDAD PUBLICA.docx


RESCATEMOS  LA UAP COMO UNIVERSIDAD PÚBLICA, GRATUITA Y DEMOCRATICA

La Historia que no se cuenta

Los recientes cambios que se han producido en la conducción de la Universidad Autónoma de Puebla y los que tendrán lugar en poco tiempo,  han motivado que los universitarios y entre ellos,  los miembros del Sindicato Unitario de Trabajadores de la UAP (SUNTUAP)  reflexionemos sobre la forma en que ha sido conducida la principal universidad del Estado de Puebla en los últimos años, particularmente a partir de 1989, año en que se produjo la  violenta intromisión de los gobiernos estatal y federal para deponer a las autoridades electas por los universitarios, dando lugar a que a partir de entonces, las principales decisiones en la Alma Mater no las tomara la comunidad universitaria, sino los dirigentes de Casa Puebla y del PRI.

Desde entonces, se impuso por la fuerza un modelo de universidad diseñado por Philip Coombs y un grupo de asesores extranjeros basado en la supuesta elevación de la calidad en las diversas actividades académicas y administrativas, para lo cual recomendaron una drástica reducción de la matrícula universitaria, la modificación de la legislación universitaria,  la supresión de las organizaciones de estudiantes, profesores y trabajadores,el establecimiento de estímulos para el personal docente y administrativo, así como el otorgamiento de salarios y prestaciones extraordinarios al personal directivo, como pasos indispensables para lograr la aplicación del nuevo modelo y evitar toda resistencia.

En una Universidad no repuesta del propinado por el Estado, en 1990 llegó José Doger Corte a la rectoría de la UAP con el apoyo  del gobierno del Estado, de la iglesia, de grupos empresariales  del PRI con la divisa de cambiar el rumbo de la hasta entonces Universidad comprometida con las  los sectores más  necesitados de la sociedad.  El mismo Doger Corte que tres años antes había visto frustradas sus aspiraciones de ser rector al ser derrotado contundentemente por el voto libre de los universitarios,inició su gestión con el respaldo del gobierno y su partidoreduciendo la matrícula universitaria de 90 a 40 mil estudiantes, después de aceptar que el examen de admisión lo elaborara y calificara un organismo extranjero como lo es el College Board de Puerto Rico.  

Modificaciones a la Legislación Universitaria

Sin la presencia de los estudiantes y con solo la participación de un reducido grupo de académicos, se realizó en 1990 un Congreso Universitario en el que se modificó el Estatuto Orgánico en el capítulo relacionado con los procesos de elección de autoridades personales, es decir, de directores de unidades académicas y de rector, siendo suprimida toda elección mediante voto universal y secreto, pilar de la democracia universitaria,vigente durante cerca de veinte años y aprobándose la votación mediante voto sectorial y representativo, lo cual a partir de entonces ha facilitado el control del PRI sobre la Universidad, quien de esta manera, se ha enfocado en controlar a los rectores  a través de apoyos y subsidios especiales para sus iniciativas, protección ante acusaciones de enriquecimiento inexplicable y el otorgamiento de cargos públicos y candidaturas a cargos de elección, quienes a su vez, deciden las "candidaturas de unidad" a las direcciones de las unidades académicas.Por su parte, los directores de las unidades académicas, salvo contadas excepciones, suelen entrometerse en la elección de los representantes de estudiantes y profesores al Consejo Universitarioviolentando el derecho deestudiantes y profesores a postularse y a elegir a sus representantes, de acuerdo a los intereses del rector en turno.

Se inicia la ofensiva contra las Organizaciones Estudiantiles

A partir de 1990 se inició la represión contra losestudiantes con la embestida contra las casas "Ché Guevara", "Carlos Marx" y otras en las que vivían estudiantes pobres, el despido de profesores y trabajadores opositores al nuevo proyecto impuesto. Asimismo, con una legislación universitaria a modo, se dio a la tarea de controlar el Consejo Universitario, imponiendo a  los directores de unidades académicas que le eran incondicionales, castigando a quienes no lo eran y colmando de remuneraciones extraordinarias y toda clase de prebendas a sus colaboradores más cercanos sin más mérito que el de su incondicionalidad política.  Inauguró la perniciosa práctica de corromper a los representantes de estudiantes y profesores al Consejo Universitario, otorgándoles chambas, viajes y vehículos  particulares.  Es a partir de entonces que se iniciaron las tristemente célebres "candidaturas de unidad", basadas en la negacióncon maniobras y argumentos pueriles del registro de auténticos representantes de estudiantes y profesores, en tanto que transformó súbitamente a individuos mediocres en profesores titulares para que pasaran la prueba de "idoneidad"  obtuvieran el registro como candidatos a directores de unidades académicas.

La Ofensiva contra el SUNTUAP

Merece un capítulo aparte la ofensiva de Doger Corte y dos rectores que le sucedieron contra el SUNTUAP: Con  la creación de las organizaciones gremiales Sitbuap y Aspabuap  y el respaldo de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) se intentó reemplazar al único  sindicato universitario hasta entonces existente y en el que estaban afiliados la casi totalidad de profesores y  trabajadores universitarios: el SUNTUAP. Al fracasar los intentos por despojar al SUNTUAP de la titularidad de su Contrato de Trabajo, después que  "sus sindicatos" sufrieran sendas ycontundentes derrotas en los recuentos de 1994 que organizó la JLCA. Doger Corte firmó en 1997 con la complacencia de la JLCA contratos espurios con los sindicatos gremiales mejor conocidos como "charros".  Con la finalidad de impedir que el SUNTUAP  ejerciera su CCT, que hasta la fecha no ha sido invalidado por autoridad laboral o judicial alguna,  la JLCA en franca complicidad con Doger Corte y sus sucesores en la rectoría de la UAP han recurrido una y otra vez a toda clase de maniobras ilegales para impedir que las directivas del SUNTUAPcuenten con la toma de nota, pese a cumplir con todos los requisitos que establece la Ley Federal del Trabajo y haber obtenido incontables amparos del poder judicial federal.

El caso más reciente lo tuvimos el pasado 3 de mayo en que recibimos la notificación de la JLCA en el sentido que se nos había negado la toma de nota, bajo el falaz argumento que carecíamos de personalidad legal para solicitarla, después que el Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Sexto Circuito desechara el recurso de revisión promovido por la propia JLCA contra el amparo que nos concedió el Juzgado octavo de Distrito. Cabe hacer notar que aunque el actual gobierno del Estado es ocupado por un gobernador panista y éste es quiennombra al presidente de la JLCA, el propio presidente y los demás integrantes de la Junta Especial Número Cinco de la Local de Conciliación y Arbitraje siguen respondiendo a los intereses del PRI y de los rectores de la UAP.

 

Condiciones Laborales de los Trabajadores Universitarios

La sistemática  negativa de  toma de nota al SUNTUAP tiene como finalidad dejar a los trabajadores universitarios en la indefensión ante las políticas de precarización del trabajo e inestabilidad laboral. De ser en la década de los ochenta una universidad en la que más de la mitad del personal docente era de tiempo completo, hoy en día, más de la mitad de los trabajadores académicos carecen de estabilidad laboral, pues estánsujetos a contratos de hora clase o medio tiempo por períodos cuatrimestrales, los cuales deben renovarperiódicamente, en tanto que el personal no académico es contratado, bajo la figura de Outsourcing, mediante la cual son contratados por las empresas subcontratistas que pululan en la Universidad, que les pagan salarios y prestaciones inferiores a los de los trabajadores de base.  Otro tanto ocurre con los trabajadores que laboran bajo el régimen de nómina de recursos propios de las unidades académicas y dependencias, La competencia por la obtención de estímulos al desempeño académico ha fomentado el individualismo y derivado en  la falta de solidaridad  y organización de los profesores e investigadores,   Esto ha  permitido a directores y rectorescontar con el apoyo obligado de maestros y trabajadores para satisfacer sus ambiciones de poder a cambio de de unas cuantas definitividades y promociones académicas,que se otorgan como prebendas y no como derechos de los trabajadores, tal como ha ocurrido cada vez que hay elecciones de autoridades personales en la UAP o para cargos de elección popular.

Surgen los Rectores Empresarios

Los tres últimos rectores  José Marún Doger Corte, Enrique Doger Guerrero y Enrique Agüera Ibáñez han publicitado de manera incesante, echando mano de los recursos de la UAP,  los logros en la transformación de la UAP, la que al abandonar todo espíritu crítico a las políticas gubernamentales, ha recibido abundantes recursos que han permitido  construcción de modernas instalaciones, algunas de cuales, como el CCU, tienen un uso alejado del quehacer y principios universitarios.  Se han creado licenciaturas y posgrados al vapor que sorpresivamente obtienen su certificaciónal igual que los procesos administrativos, todo lo cual ha sido objeto de una incesante y dispendiosa publicidad, sin tomar en cuenta que quienes otorgan las certificaciones han sido otorgadas por calificadoras internacionales como Standard & Poors que ha sido denunciada en Inglaterra  por incurrir en el delito de venta de certificaciones.

La mancillada Democracia Universitaria

Se presume imagen de estabilidad que hoy existe en la UAP, lo que no se dice es que esta está construida en la antidemocracia que hoy padecen los universitarios, que han visto como el Consejo Universitario, más que un órgano deliberativo, se ha convertido en un escaparate para que los rectores vendan su imagen a la política y a los empresarios, quienes hoy están felices que la universidad no alce la voz  contra  la privatización de la educación, la proliferación de negocios privados que se hacen llamar universidades y el despojo contra comunidades de todo el estado y el país por empresas mineras extranjeras, a cambio de que se les permita figurar como socios destacados en diversos negocios, particularmente el de la educación.  Hoy los últimos rectores son más conocidos por las fortunas que han amasado y de las que hacen ostentación, así como por sus ambiciones políticas que por sus personales logros académicos, dejando en el olvido la tradición de los ex rectores Sergio Flores, Luis Rivera Terrazas y Alfonso Vélez Pliego, quienes volvieron a sus actividades de docencia e investigación una vez concluidassus gestiones rectorales. Hoy  se ha hecho creer a mucha gente dentro y fuera de la Universidad, que la caliedad académica es incompatible con la democracia universitaria. Los rectores empresarios y sus corifeos pretenden hacer creer que el progreso de la Universidad empezó con ellos.  Omiten deliberadamente que los programas de superación académica, los exámenes por oposición hoy inexistentes, los principales centros de investigación y las unidades académicas de mayor prestigio, surgieron durante el período que tanto critican: el de la Universidad Democrática, Crítica y Popular.

El PRI como verdugo de la UAP

Lo significativo de todo lo anterior es que los tres últimos rectores de la UAP hoy figuran como candidatos a ocupar cargos en la administración pública por el PRI, el mismo que tomó violentamente el control de la UAP en 1990, responsable de los más sangrientas represiones contra estudiantes, trabajadores, campesinos y el pueblo en general en el medio siglo de historia de nuestro país, así como del  regreso a la presidencia en 2012, después de un cuestionado proceso de elección en el que los poderes fácticos y financieros jugaron un papel determinante.

¿Qué Hacer?

¿Seguiremos siendo los universitarios poblanos simples espectadores de la disputa por el control de la Universidad y el poder en el Estado de los grupos priistas y partidos políticos?

Actualmente se disputan la presidencia municipal el PRI con Enrique Agüera como su abanderado y el gobernador Moreno Valle con Tony Gali como su candidato. Ambos han echado mano de los recursos institucionales para hacer campaña. Uno exaltando como propios todos los logros de la Universidad e invirtiendo grandes sumas en el culto a su personalidad a través de radio, prensa, televisión y anuncios panorámicos, mientras que el otro madrugó en anuncios espectaculares como candidato del PAN y del gobernador del Estado de Puebla.Han empezado las descalificaciones de uno contra otro en una abierta disputa sólo por el poder político y económico y en el que las necesidades de la gente se utilizan solo como un recurso para ganar votos. Uno y otro candidato y sus partidos no representan en modo a los trabajadores y menos aún a la izquierda que hoy está desaparecida, aunque algunos sin el menor escrúpulo dicen representarla. Estas elecciones serán la antesala para la próxima elección de rector en la UAP, en la que se verán las caras únicamente los candidatos impulsados por el PRI y posiblemente por el PAN, a menos que los universitarios decidamos hacer a un lado la pasividad y el miedo e impulsemos a candidatos que enarbolen no las promesas de siempre, sino el retorno a la verdadera democracia en la UAP que consiste en el respeto a los derechos de reunión y expresión de los universitarios, a postularse como representantes de sus compañeros, a votar por los candidatos de su preferencia y a contar con salarios y trabajo dignos.  ¡Es el momento de alzar la voz por una Universidad Pública, Democrática y Popular! ¡Fuera el PRI de la UAP!  Veinte años de resistencia a los atropellos de la JLCA y la violación de los gobiernos priistas a la autonomía universitaria nos permiten invitar a los universitarios y al pueblo en general a rescatar nuestra Universidad.

PUEBLA, PUE, MAYO DE 2013

 

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