domingo, 9 de octubre de 2011

POR UNA UNIVERSIDAD DEMOCRATICA, CRITICA Y POPULAR. LRT

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El momento que vive ahora nuestra Universidad puede ser considerado, por una pbrte,como el final de una etapa y, por otra, como la continuación del proceso iniciado en 1950, que cobra ímpetu en 1961, cuando se plantea en forma explícita y por primera vez en la his­toria de la Universidad Autónoma de Puebla el programa de Reforma Universitaria, que hoy por hoy es una de nuestras más importantes banderas.
Decimos que el evento al que ahora asistimos marca el final de una etapa porque los tres años transcurridos desde 1972 a la fecha representan el esfuerzo de los universitarios poblanos por erradicar definitivamente los viejos moldes dentro de los cuales se debatió durante décadas esta casa de estudios, que sirvió para derrotar definitivamente a las fuerzas más retardatarias y reaccionarias a las cuales se hayan enfrentado los universitarios de Puebla.
En esta lucha, que bien puede ser calificada de heroica, sucumbieron algunos de los mejores universitarios, cuyas vidas proporcionan los más altos ejemplos a seguir para las jóvenes generaciones del presente y del futuro.
Durante este breve intervalo de tiempo la UAP logró alcanzar algunas de sus metas, como son: el disfrute de una auténtica autonomía universitaria, el reconocimiento de su independencia respecto a las fuerzas externas tanto estatales como nacionales y la consoli­dación de su estructura interna, todo lo cual hizo posible sentarlas bases del futuro desarro­llo y de la superación académica y política de esta casa de estudios.
Fueron tres años de luchas violentas, de agresiones continuas, tanto externas como internas, que no lograron impedir que esta Universidad se consolidara orgánicamente y que se pusieran los cimientos sobre los cuales se plantará la universidad del futuro en nuestro país.
Tal es la importancia de tan corto y trascendental periodo.
Decíamos también que este evento señala la continuidad de un proceso puesto eü marcha hace década y media, y que ahora se inserta definitivamente en el gran marco de las tareas que incumben a la Universidad.
¿Cuáles son estas tareas y en qué consiste esta nueva etapa en la vida de la UAP?
¿Cuáles son los términos bajo los cuales se pretende encuadrar lo que hemos dado en llamar la nueva universidad?
Permítanme ustedes hacer algunas breves reflexiones sobre la problemática ante* mencionada, en torno a la cual giró la campaña electoral universitaria que ahora culmina.


2. LA INVESTIGACION CIENTIFICA Y LA EXTENSION UNIVERSITARIA
La transformación académica será imposible si nD tomamos en cuenta el papel que desempeñan en la formación de profesionistas críticcs, la investigación y la extensión universitaria. La corta experiencia que la Universidad Autónoma de Puebla tiene en el des­arrollo de estos aspectos nos hace ver en todo su significado la necesaria coordinación y planificación entre estos aspectos y la docencia.
Bajo esta perspectiva debemos elevar el peso de las instancias de investigación y ex­tensión hacia dentro y fuera de la Universidad, buscar su integración respetando su relativa autonomía y dotarías de las estructuras adecuadas para desempeñar sus actividades en un plan superior.
En el terreno de la investigación científica creemos que durante la próxima gestión universitaria es fundamental impulsar:
lo. Que el Instituto de Ciencias, instancia que hoy desarrolla la mayor parte de la inves­tigación científica, determine en función de los objetivos y tareas universitarias, su política de investigación y cuente con una estructura democrática de funcionamiento y coordinación.
2o, Impulsar el desarrollo de nuevos proyectos y fortalecer los existentes, de acuerdo con los objetivos, planes y prioridades que colectivamente determine el LC.U.A P. (Instituto de Ciencias de la U j\J\) y el conjunto de los universitarios. 3o, Desarrollar el espíritu de investigación entre los profesores y estudiantes universita­rios, que coadyuve a su formación profesional y al conocimiento científico de la sociedad.
4o. Para cumplir con los objetivos expresados en 1975, debemos ahora pasar a favorecer la investigación de tipo coy un tu ral (económica, social y política) que permita a la universidad participar con sus propias concepciones y alternativas en el debate local y nacional, con una posición crítica y científica, en los grandes problemas de la re­gión y del país.
5o. Crear las condiciones que permitan formar a un mayor número de investigadores egresados de la institución y desarrollar una creciente divulgación por todos los me­dios con que cuente la universidad a fin de dar a conocer los resultados de las dis­tintas investigaciones en curso.
Por lo que toca a la extensión universitaria debemos tomar en cuenta cuáles son las potencialidades que han sido escasamente desarrolladas y que en esta nueva etapa la mul­tiplicación y diversificación de sus tareas van a requerir una profunda y permanente dis­cusión para adecuarlas a las nuevas exigencias. Algunos aspectos a considerar en la política de extensión podrían ser los siguientes:
a) Fortalecer aquellas instancias que han venido desarrollando un trabajo permanente (música, bufete jurídico, publicaciones, etc.), a través del establecimiento de planes anuales que contemplen su interrelación y la superación de las deficiencias que han mostrado.

b)                                           Propugnar las actividades de extensión a fin de abarcar todas las escuelas universita­rias incluyendo preparatorias, institutos y centros de investigación.
c)                                                El mayor peso que estas actividades deben tener cotidianamente deben llevar al de­partamento de Extensión Universitaria y Servicio Social a coordinar de manera más efectiva los trabajos particulares de las distintas dependencias que lo constituyen, evitando permanentemente la centralización de las funciones.
d)                                            Diseñar a la mayor brevedad posible un programa global de servicio social que fije los objetivos y criterios que faciliten y den un nuevo contenido a esta actividad, que permita el impulso de las brigadas interdisciplinarias y la construcción de campa­mentos de servicio social en la ciudad y en el campo.
e)                                                Continuar fortaleciendo la extensión universitaria hacia las comunidades rurales y en el interior de la U.A.P., dando ahora una mayor importancia al trabajo con los diferentes núcleos urbanos.
f)                                                 Continuar apoyando la política encaminada al rescate y conservación de los legados históricos de Puebla.
g)                                               Buscar nuevos canales de difusión para las actividades culturales y artísticas, entre los cuales puede desempeñar un gran papel la obtención de Radio Universidad.
h)                                             Dentro de la política de extensión debemos resaltar el significado de las publicacio­nes universitarias, diseñando una política acorde a los procesos de transformación que han de desarrollarse incrementando sus recursos financieros y humanos.
Especial interés reviste el Hospital Universitario, el cual desempeña paralelamente actividades de apoyo a la docencia y a los programas de extensión universitaria, dando ser- , vicio a los universitarios y a la población de bajos recursos económicos. Sin embargo, la importancia de estas tareas necesita una mayor definición y coordinación con los progra­mas académicos y de extensión universitaria. Por tanto, es fundamental que a nivel docente se establezcan los vínculos necesarios entre el Hospital Universitario y las escuelas de Odon­tología, Ciencias Químicas, Medicina y Enfermería para la realización de planes conjuntos, bajo la perspectiva de la formación de las áreas académicas.
El Hospital Universitario deberá incrementar y mejorar la forma y el servicio mé­dico que se brinde a los universitarios y al exterior, pues aún persisten deficiencias y acti­tudes que van en contra de la concepción que tenemos del Hospital Universitario.
Una tarea que apremia es la discusión con respecto a las modificaciones estructu­rales que normen el funcionamiento y la conducción del Hospital Universitario, que per­mitan una mayor participación democrática de sus integrantes. Paralelamente debemos buscar los mecanismos más apropiados para asegurar un mayor apoyo financiero del Estado hacia el Hospital Universitario.
De esta manera esta Institución podrá jugar en el futuro un papel de mayor enver­gadura para la Universidad y la sociedad.
3. EL GOBIERNO Y LA ADMINISTRACION UNIVERSITARIA
El gobierno y la administración así como sus métodos, instancias y mecanismos son elementos que juegan un rol principal para el mejor desarrollo de las demás tareas univer­sitarias. Ellas dependen en un cierto nivel de la flexibilidad y dinamismo del gobierno y

abriendo sus puertas a los jóvenes estudiantes;y por otro, ligándonos firmemente a las me* jores luchas de nuestro pueblo.
Como lo han dicho ya otros compañeros, esta lucha no es solamente por aumento de subsidios y por aumento de salarios. Tenemos peticiones de aumento de salarios que • nosotros consideramos muy justas. Cada vez el nivel de vida se deteriora más, cada vez lal carestía de la vida es mayor, cada día la crisis económica del país se acentúa; y en realidad, - quien carga esta crisis es el pueblo trabajador, incluyendo a los trabajadores universitarios. La crisis, compañeros, no la provocan los trabajadores. La crisis la provoca la burguesía y los trabajadores salen perdiendo con ella. Quien se beneficia directamente con la crisis es • la burguesía, los grandes financieros. Para ellos es un auge la crisis económica. ¿Cuántos • millonarios se han enriquecido más todavía con motivo de la devaluación? ¿Cuántos mi- 11 onarios se siguen forjando actualmente en nuestro país a costillas del pueblo mexicano, a costillas del pueblo trabajador? Gracias al pueblo trabajador, este país no ha sucumbido; gracias al esfuerzo de campesinos, de millones de campesinos, de millones de trabajadores, de profesionales, de estudiantes, de maestros, de todos, del pueblo en general, esta crisis no ha producido el hundimiento definitivo de este país. Son ellos los que están cargando el peso de la crisis económica; y no es justo, compañeros, que nos fijemos topes límite a los aumentos de salarios.
Por eso es que esta Universidad, desde el año pasado rompió el tope límite del 12% , al discutir sus aumentos de salarios con los trabajadores académicos y administrativos. No­sotros consideramos que es justo que los trabajadores pidan un aumento de salarios que ayude a resolver sus graves carencias económicas. Nosotros estamos en contra de que haya un tope a los aumentos salariales, cuando no existe un tope al alza del costo de la vida, a la carestía desenfrenada, por la voracidad de la gran burguesía.
Por último, compañeros, como se dijo hace un momento, nuestra lucha no es sólo por salarios justos; es también, una lucha por la superación de la universidad en todos sus renglones. Queremos darle a nuestro pueblo una cultura y una educación de muy alta cali­dad. No nos conformamos con darle cualquier tipo de cultura. Queremos darle lo mejor que el hombre ha creado, lo mejor que el hombre ha producido en los campos de la cien­cia, de la historia y la literatura. Queremos darle a nuestros jóvenes estudiantes un alto ni­vel cultural, un alto nivel científico, un alto nivel de preparación. Por eso estamos peleando y no sólo por satisfacer las necesidades económicas de nuestros trabajadores.
Estamos luchando y seguiremos luchando, compañeros, por mejorar nuestras insta­laciones, por dotar a los jóvenes estudiantes de sus libros, de sus bibliotecas, de sus labo­ratorios, de aulas, de lugares donde puedan estudiar, donde puedan capacitarse para mañana salir a servir a la clase trabajadora, a la clase del futuro.
Yo digo que este momento tiene una fuerte componente histórica, que es un mo­mento histórico. De aquí en adelante nuestras luchas se encauzarán por otros senderos.
Pero estamos convencidos de que junto con nuestro pueblo, junto con sus campesi­nos, nuestros obreros, junto con nuestros estudiantes y trabajadores universitarios, podre­mos vencer en todas las contiendas futuras, no sólo por aumentos de subsidios, sino por una real y profunda transformación del régimen político social que ahora tenemos.
Muchas gracias.
En los últimos meses hemos visto con preocupación como el proceso de Reforma Univer­sitaria se ha venido enfrentando a una situación difícil y peligrosa; y como ha ido perdien­do vigencia el aspecto central que le da vida al proceso: el ejercicio de la democracia.
El elemento que hoy sobredetermina las características y el rumbo del proceso tiene que ver con el desfasamiento e, incluso, con los retrocesos de un conjunto de formas, mé­todos y mecanismos que aseguran la real y fecunda participación de los universitarios po­blanos en la discusión y conducción de la Universidad. Esta situación se expresa con más fuerza entre los estudiantes; sin embargo, se palpa ya cierta efervescencia estudiantil que cada día adquiere mayor peso, poniendo en el centro de la discusión sus reivindicaciones materiales, sus condiciones de estudio y sus demandas de participación política en la con­ducción de la Institución. Igualmente, aunque con otros matices, los profesores y trabaja­dores universitarios buscan una mayor incidencia en la discusión y en la toma de decisio­nes que son vitales para el desarrollo universitario.
Creemos que tales elementos juegan un papel de primer orden en la actual coyuntu­ra universitaria, donde se conjugan aspectos que tienen que ver con el momento político por el que atraviesa el país y que en lo fundamental radican en el recrudecimiento del impacto económico sobre las condiciones de vida de los trabajadores. Se advierte que la política de topes salariales y el continuo incremento de los precios, provoca que sean los asalariados del campo y la ciudad quienes padecen los efectos más graves de la crisis eco­nómica. Paralelamente, vivimos un periodo de ascenso del movimiento obrero y popular, que es la más clara respuesta a la política antipopular del gobierno. Por otra parte, las di­ferentes fuerzas de izquierda avanzan de manera importante en la búsqueda de alternati­vas democráticas que modifiquen la vida política del país.
La respuesta del gobierno y de sectores específicos de la burguesía ha sido contun­dente. Al tiempo que se actúa contra el movimiento obrero, como en el caso de los telefo­nistas, se montan campañas de difamación de claro corte fascista, con el objeto de confun­dir e intimidar a la población e impedir mayores avances de las fuerzas progresistas y de­mocráticas.
Este embate también afecta a nuestra Institución. Estamos siendo objeto de una campaña impulsada por las fuerzas más reaccionarias del estado de Puebla,encabezadas por el arq. Jesús Torres Leyva, presidente del Consejo Coordinador de la Ciudadanía poblana,

quien pretende volver a levantar un ambiente anticomunista contra la UAP. Al mismo tiempo, el gobierno Federal ha venido reteniendo el presupuesto universitario, acordado a raíz del movimiento del año pasado. Este problema debe ser conocido por los universita­rios y debemos aceptar nuestra responsabilidad al no haberlo informado en su oportuni­dad, ya que cuando hablamos del problema de la democracia, juega en ella un papel fun­damental el derecho a la información.
De los cien millones de incremento al presupuesto universitario, fueron entregados de manera inmediata un total de cuarenta y uno, siendo prorrateado el resto a lo largo de diez meses, de septiembre de 1978 a junio de 1979, A ta fecha el gobierno no ha entrega­do un total de 46.4 millones de pesos, de los cuales 23.4 corresponden a los meses de sep­tiembre a diciembre de 1978; y el resto a lo que va del presente año. Todo ello a pesar de que recientemente la Secretaría de Educación Publica se comprometió a entregar, para fi­nes del mes de abril o principios del mes de mayo, lo correspondiente al periodo septiem­bre-diciembre del año pasado.
Los objetivos de este tipo de actitudes son para nosotros muy claros. Se trata de crear inestabilidad hacia el interior de la UAP, frenando su desarrollo y trasladando las contradicciones entre el Estado y la Universidad al plano exclusivamente universitario, para que de esa manera las masas responsabilicen únicamente a sus autoridades, de los problemas financieros. Además, el Estado pretende considerar los adeudos como parte de la deuda pública y volver a renegociar lo ya pactado dentro del presupuesto correspondiente al presente año.
Las consideraciones que exponemos influyen de manera vital en las finanzas univer­sitarias, en la lucha por aumento de subsidio y en el cumplimiento de las demandas de los trabajadores universitarios.
Ahora bien, la lucha por aumento de subsidio que hemos de emprender próxima­mente, no sólo va a estar condicionada por elementos extemos sino también por aspectos internos, de los cuales queremos resaltar los siguientes í
Por una parte, aun no se ha entregado a las autoridades educativas el proyecto defi­nitivo de presupuesto universitario. Esto es resultado del atraso en la entrega de los pro­yectos iniciales, por parte de los directores de escuela y jefes de los departamentos, pero también de lo pesado de la administración y de las diferencias de nuestros departamentos contables. Estamos ante una situación de hecho, que nos impide dar una respuesta inicial a las peticiones de los trabajadores.
Por otra parte, se presenta nuevamente el aspecto de mayor trascendencia para el movimiento que se avecina: el de la discusión democrática del presupuesto universitario. La magnitud del movimiento que ha de generarse y la importancia de las demandas a con­quistar, sólo tienen posibilidades de éxito si hay la mayor participación posible de estu­diantes, profesores y trabajadores universitarios, sobre la base de un pleno conocimiento de la situación financiera de la UAP, de los criterios utilizados en la asignación de los re- curaos, de como los presupuestos deben reflejar la política de desarrollo de las diferentes escuelas y departamentos y de los mecanismos que los universitarios y sus organizaciones sociales deben impulsar para la vigilancia y control en el uso de los recursos financieros.
Por estas consideraciones creemos que es imposible pasar de inmediato a aprobar de manera definitiva el presupuesto universitario, sin ser puesto antes a consideración de los estudiantes, profesores y trabajadores de esta Universidad. Se requiere pasar a la discusión del presupuesto universitario y de su significado para el desarrollo de la institución. De no hacerlo estaremos impidiendo el ejercicio de la democracia y tomando soluciones por arriba de los universitarios. Nuestra tarea inmediata consiste en dar a conocer masivamen* te los distintos antepoyectos de presupuesto, para hacer las modificaciones necesarias y formular de manera democrática el proyecto definitivo. En nuestra opinión, deberíamos aprobar, para iniciar las discusiones con las autoridades correspondientes, el proyecto pre- sentado por las escuelas con carácter provisional, hasta lograr el consenso universitario res- pecto al presupuesto definitivo.
En esta discusión deberán ser tomadas muy en cuenta no sólo las reivindicaciones salariales de los trabajadores, sino también las exigencias de los estudiantes en cuanto a las condiciones materiales básicas, que Ies aseguren un mejor aprovechamiento académi­co; y su derecho a una mayor participación en la toma de decisiones que afectan la vida universitaria.
Creemos que de esta manera los universitarios podrán incorporarse conscientemente a la lucha por el aumento de los recursos financieros de la UAP y a decidir la mejor mane­ra de organizarse e iniciar la lucha.
Compañeros estudiantes, profesores y trabajadores: los llamamos a iniciar una amplia discusión democrática del presupuesto universitario en sus escuelas, institutos y departa­mentos, evitando caer en el análisis parcial o unilateral, tomando en cuenta que el desa­rrollo universitario y el presupuesto que le corresponde, tiene implicaciones globales, en las que el desarrollo de un aspecto incide plenamente en el desarrollo de otros.
Invitamos a directores y jefes de departamento, a las organizaciones sociales, a los núcleos de activistas estudiantiles, a los consejeros universitarios, y en general a la comu­nidad, a poner todo su esfuerzo y mesura en la discusión del presupuesto y en la elabora­ción de alternativas.
Esta discusión deberá hacerse a lo largo de ta propia lucha por conseguir los recursos financieros necesarios para el desarrollo universitario. De esta manera podremos combinar y articular las distintas tareas que el movimiento debe impulsar por el aumento del subsidio.
Puebla, 7 de mayo de 1979.

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