martes, 25 de enero de 2011

Los cronistas y la cultura en Puebla. Rigoberto Cordero y Bernal

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Los cronistas y la cultura en Puebla
Escrito por Rigoberto Cordero y Bernal   
Lunes, 26 de Enero de 2009 | 07:29
A Fuego Lento
Han pasado por la Academia Mexicana de la Lengua, correspondiente a la Real Academia Española, ameritados poblanos, que para ser conocidos por las "nuevas generaciones" menciono en esta mi segunda entrega:
Don Joaquín Cardoso. Nació en Amozoc, Pue. Ingresa a la Academia el 11 de Septiembre de 1875 como miembro numerario, ocupó la silla VIII.
Don Alejandro Arango y Escandón. Nació en Puebla, Pue. Ingresa el 8 de septiembre de 1871 como numerario y ocupó la silla II.
Pbro. Federico Escobedo. Nació en Salvatierra, Guanajuato, fue correspondiente en 1908. Ingresa el 14 de abril de 1917, como numerario. Poblano por Adopción y méritos, ocupó la silla XII. Fue también correspondiente de la Academia Colombiana 1940.
Don Enrique Gómez Haro. Nació en Puebla, Pue. En los anuarios de la Academia, no aparece su fecha de ingreso como Correspondiente en Puebla.
Don Enrique Cordero y Torres, Nació en Zacatlán, Pue. Ingresó el 26 de agosto de 1955 como Correspondiente en Puebla.
Don Ernesto de la Torrre Villar, Nació en Tlatlauqui, Puebla. Ingresó el 13 de marzo de 1970, como numerario, ocupando la silla XXIX.
Salvador Cruz Montalvo. Nació en Tehuacan, Pue. Ingresó el 28 de septiembre de 1973 como Correspondiente.
Maestra Maria del Carmen Millán. Nació en Teziutlán, Pue ingreso el 13 de Junio de 1975 como Numerario, ocupando la silla XII.
Héctor Azar Barbar. Nació en Atlixco, Pue. Ingresó el 14 de mayo de 1987 como Numerario y ocupó la silla No. II. Y
Sergio Pitol Deméneghi. Nació en Puebla, Pue. Ingresó el 23 de Enero de 1997 como Correspondiente, con residencia en Jalapa, Veracruz.
La referencia viene a cuento, por que, el Historiador Enrique Cordero y Torres, mi Señor padre, asistió en forma regular, a las Sesiones de la Academia de la Lengua, que eran convocadas, por lo menos una al mes, y en sesiones extraordinarias, cuando se daba el nombramiento y la posesión, a algún nuevo miembro, fuese Numerario o Correspondiente.
A fines del año de 1955 y en ocasión de haberlo acompañado a una de dichas sesiones, recuerdo, presididas por el abogado Alejandro Quijano, quien era entonces el Director del Diario Novedades, y que usaba, al igual que mi progenitor, corbata de moño negro o de color, pasando por la Librería Porrúa, a saludar a su amigo, el bibliotecario y erudito don Pedro Robledo, me compró y obsequió dedicado, un libro que tengo a la vista: "Las Calles de México" Leyendas y sucedidos, del Cronista Luis González Obregón quien era también académico de la Lengua y cuya obra, en 7ª edición, (1947) Ed. Botas fue prologada, por los académicos, Carlos González Peña, Rafael López y Artemio de Valle Arizpe.
Llegando a Puebla, y de corrido, leí tan interesante obra, y fue mi primer contacto con la Crónica , el detalle, la tradición, la leyenda de las Calles de México, como la del Puente de Alvarado, la de la mujer herrada, la de Canoas, la de Olmedo y los nombres antiguos de las calles , por primera vez, conocí las leyendas de la Llorona, la virgen del Perdón, la casa de los azulejos, la mulata de Córdoba y tantas otras, que han sido conocidas a través de los tiempos, dando motivo para libros, películas y en estos tiempos actuales, hasta videos para la televisión.
El genero literario de la Crónica, que es un deleite, además de a González Obregón, tuvo como modelos por muchos años, a dos personajes que conocí y tuve la suerte de tratar, por añeja amistad con mi padre, al famoso "Canillitas" don Artemio de Valle Arizpe, autor de innumerables libros, de historias, crónica, narraciones, leyendas, tradiciones y uno que otro chisme, y a don Salvador Novo, ambos "cronistas Oficiales" de la Ciudad de México D.F.
Posteriormente, han sido Cronistas de la Ciudad de México, no oficiales, es decir, por sus escritos y obras, no por nombramiento del Regente de la Ciudad, Carlos Monsivais, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Ricardo Garibay y dentro de la música, el popular Chava Reyes y como intérprete, el ex-caifán
Oscar Chávez y su inseparable trío "Los Morales", amigos míos.
En Puebla, el primer Cronista de la Ciudad lo fue el abogado y Notario Miguel Marín Hisman quien con su empeño, peculio y amistad, hizo posible la publicación de la obra de su amigo, el Alemán Hugo Leich "Las Calles de Puebla", que inexplicablemente ha sido reeditada como propiedad y derechos de autor, de la Secretaría de Cultura. ¿misterio?
El segundo Cronista, fue el doctor Efraín Castro Morales, quien de avanzada edad, me dicen esta muy delicado de salud en su casa del DF.
Los nombrados posteriormente, tuvieron el interés político, del presidente Municipal o del Gobernador en turno, a quienes no se cansaron de alabar, reseñando sus obras, llenas de miel y hojuelas. (¡Viva el Presupuesto!).
A principio del año, un amigo me informa, que, por disposición de la primera Presidenta Municipal de nuestra ciudad, Blanca Alcalá, fue nombrada Cronista, la investigadora, escritora y culta doctora Gloria Tirado Villegas, que ojalá rescate la seriedad, méritos y resultados de los 2 primeros cronistas y de los historiadores que a tenido nuestra entidad.
Lo anterior, me ha servido de preámbulo, para terminar mi comentario, al libro presentado por la AMPEP Asociación de Mujeres Escritoras y Periodistas de Puebla y editado por la Universidad Madero (Metodista) con el nombre de "Templos y Rincones Poblanos", que se encuentra en las librerías a un bajísimo costo de $ 150.00 y que, no puede faltar en las bibliotecas de todos los que tenemos la fama de cultos y educados.
Maria de Jesús González Cruz, en su artículo-crónica sobre el edificio del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, da datos muy interesantes, algunos desconocidos como que se erige en 10 hectáreas, con la inversión de 15 millones de pesos de los de antes, aportada por el americano William Oscar Jenkins y el gobierno del general Rafael Ávila Camacho, para albergar hasta 6 mil estudiantes, inaugurándose el 15 de enero de 1957. Su primer director fue el profesor Enrique Martínez Márquez y Prefecto General el capitán Raúl Velasco.
Con un detalle y memoria prodigiosa, Maria de Jesús, que tuvo el mérito de ser alumna, nos da la crónica de los años que han pasado desde 1957 a la fecha, y después de 39 años, visita su escuela, y nos regala primorosos detalles y reminiscencias que harán suspirar a los exalumnos que tan importante Centro Escolar ha tenido.
Mi comentario a tan detallado trabajo es que, si todos los poblanos, escribiéramos cada dia, una pagina de nuestra historia, lo usual, lo casual, lo cotidiano, la sola recopilación de dicha, estaría formando la Historia de Puebla, que aún no se ha escrito y tanta falta nos hace.
La historia del edificio que ocupa actualmente el Congreso del Estado, en la avenida 5 poniente (antigua del Correo Viejo) es el tema que trata la maestra y escritora Emma García Palacios, que formó parte del grupo de investigación del Centro de Estudios Históricos de Puebla, AC. hace ya algunos años. En dicha crónica, encontrara el estudioso o el alumno de primaria o secundaria para sus tareas, la historia de tan singular edificio, que en su parte superior de la entrada principal consigna una frase del Corán que reza: "Es voluntad del Ser Supremo que haya orden en la Humanidad". Muchísimos poblanos, incluyéndome, desconocíamos este lema, que, desgraciadamente algunos actuales diputados, parecen ignorar.
El edificio de la 13 Sur esquina con la Avenida Juárez o Laz Paz que ocupa el Conservatorio de Música y Declamación del Estado, y en algún tiempo, la SecundariaVenstiano Carranza, difícilmente por su ubicación, ha pasado desapercibido por los poblanos, y menos aún los que asistimos al Paseo Bravo, que se encuentra en su contra-esquina.
Todo Puebla, lo conoce, de sobrio estilo Francés, tiene una historia de los que fueron sus propietarios, ricos y acaudalados, como la Familia Conde y Díaz-Rubín y pasó de mano a mano, hasta que, en una de las obras que forman "las luces" de su biografía, la adquiere el general y gobernador Maximino Ávila Camacho en la cantidad de 70 mil pesos el 26 de marzo de 1940 de su propietario Leonardo Hardaker e instala la Escuela Secundaria Venustiano Carranza y… dice la autora de esta crónica la Licenciada en Ciencias de la Comunicación y periodista en activo Olivia López Pescador…"conocida por sus constantes conflictos con la Escuela Normal del Estado"(sic) .
Cuando usted lee una crónica, como la escrita por Olivia y esta lo hace sonreír y casi lo obliga a ir por sus recuerdos, (los olvidados por la memoria) esa, es una crónica, verdadera, sea de Artemio de Valle Arizpe, Carlos Monsivais o Olivia López, y eso, fue lo que me paso al leer su artículo.
Me vi, el año de 1950, un 18 de enero, semi desnudo, sin zapatos, con una camiseta rala y pantalón con las valencianas arremangadas hasta las rodillas, en esa esquina, la de la Escuela "socialista" Venustiano Carranza, muerto de frio y bañado con aguas no precisamente purificadas, cuando habiendo ingresado como alumno de Comercio a la entonces Universidad de Puebla, los malandrines estudiantes de la Escuela de Medicina, se metieron al primer patio y nos endilgaron nuestro "paseo de perros" o sea el de la novatada, que transcurrió como lo cuento, verdá de Dios.
Cada dia, muy de mañana, cuando entrábamos a clase, de la maestra Consuelito Mungía que nos daba Mecanografía, en un salón del primer patio, escuchábamos los amenazadores gritos de… perros…ya viene su paseo, provenientes de los alumnos de Medicina y Leyes y que, en el año anterior, ya habían sido novateados. La costumbre, y sobre todo, el ánimo de revancha con los entonces "pelones" no se dejaron esperar.
Recuerdo el miedo, por no decir pánico en los rostros de José Antonio García Rosas, Gregorio Encinas y yo, que veníamos de una escuela particular, confecional y decente. (de riquillos decían algunos).
Y llegó el famoso dia, y con gritos que me parecieron de salvajes desenfrenados, a las 7 de la mañana, cerraron la reja de hierro del primer patio y todos afuera, casi encuerarnos al ritmo de los constantes cubetazos de agua, que caían del cielo de los balcones que daban al prime patio y de la majestuosa fuente, previamente "preparada" con aguas de coleador, de los famosos "Cochices".
Éramos cerca de 200 los interfectos, pues fueron llegando dócilmente, los novatos de ingeniería, de química, de leyes, de odontología y los numerosos de las prepas e inició nuestro "paseo".
Con largos chicotes, nos fueron arreando por la entonces avenida Maximino Ávila Camacho, hasta llegar al zócalo, donde nos metieron a las fuentes, para ordenarnos atacar una panadería de postín instalada en los Portales y de paso, el famoso café de chinos a unos metros de distancia.
Ya en el paseo, pues dejamos las caras tristes y le entramos al relajo, versus hoy, la "nueva onda".
Por toda la avenida Reforma, cerraron los comercios inmediatamente las puertas, ante la orden de saqueo de lo que pudiéramos entregar a nuestros paseantes, entre los que recuerdo con toda claridad, estaban "la porra de medicina" encabezada por los famosos Rigoberto Rodríguez, Carlos Sánchez, y Paredes y su muleta inseparable, años después, magníficos médicos reconocidos, y de Leyes algunos de los hoy muy respetables Notarios, que preferimos no mencionar, pero que también nos chicotearon. Y…llegamos al Paseo Bravo concentrándonos enfrente al edificio de la Venustiano, como era conocida. De ahí, atravesamos el Paseo Bravo y enfrente al majestuoso edificio de piedra de la Escuela Normal de Maestros, rodilla en tierra, declamamos el famoso y tradicional verso en coro y a gritos: de "juramos, odio eterno a los "nahuales" y amor eterno… a las NAHUALAS."
Como contraseña de que cumplimos hombría mente con el paseo, se nos pintaba una oreja con tiner de color rojo, que dilataba aun con el baño, varios días, en que fuimos inspeccionados, al llegar a nuestra Universidad.
Esta remembranza, de muchos de los hoy, profesionistas exitosos de la Universidad de Puebla, que no era ni autónoma ni benemérita, es un logro de lo escrito por Olivia, cuya participación en el libro que comento, simplemente no tiene desperdicio. Felicitaciones por tu trabajo,
La periodista Leticia Montagner escribe sobre La Estación del Ferrocarril Mexicano, documento completísimo que da la crónica de la inauguración el 16 de septiembre de 1869 y cerrada en 1974 para pasar a ser el Museo del Ferrocarril Mexicano. En la 11 norte y 10 oriente, se encuentra este monumental sitio histórico, testigo de la llegada de los carrancistas, los villistas y los zapatistas en la gesta de la Revolución Mexicana. Una pagina de nuestra historia.
Ana Maria Huerta Jaramillo, como nos tiene acostumbrados, da la historia del edificio que ocupó el Hospital de San Pedro, magnifica y documentada en la 4 norte 203, primero en la atención hospitalaria para pobres, en los inicios de la historia de Puebla y de lo que fue, cuando se utilizó para "cancha deportiva", en amena crónica que prometemos en otra entrega, ampliar nuestro comentario.
Servanda Heredia, a quien declaro no conocer personalmente, siendo graduada en medicina, se le encarga de escribir sobre "los corredores y andamios del viejo Hospital General Jesús Carranza, en donde hace unos años, era un castigo dantesco, caer en sus instalaciones. En su crónica, es una delicia el recordar a médicos poblanos, que conocimos como Revilla, de anatomía Rojas, Giovanni Porras y Mendívil y recorrer espacios y lugares en donde se forjaron tantos y tantos médicos poblanos y aun centroamericanos que por la década de los 50as y 60as, venían de su Costa Rica hermosa, a abrevar los conocimientos de los maestros poblanos e ilustres médicos, cirujanos y parteros, de gran prestigio. Felicitaciones Servanda, por la crónica fenomenal. Un DIA, nos gustaría que nos platicaras, sobre el famoso Médico don Julio Glokner, y las bromas que les hacía pasar a los estudiantes. Todo un tipazo.
Sylvia Elena Balbuena escribe sobre el Instituto Cultural Poblano y quienes fueron los que dieron dinero a los jesuitas, para la fundación de la iglesia y colegio de San Francisco Javier. La cita de la Hacienda de Mendocinas, actualmente adquirida por el hermano de Carlos Salinas, Raúl, implica la curiosidad por saber, la historia de dicho inmueble, actualmente con valor millonario, por sus instalaciones a las faldas del Ixtacihuatl. Silvia tienes la palabra.
La Leyenda del famoso perro guardián del Mesón del Ángel, de la chihuahuense Linda Zavala, da muestra de la apertura para publicar aun a intelectuales que no necesariamente nacieron en la ángelo polis, de la AMPEP y nos hace disfrutar, de una leyenda que, inicialmente tiene la autoría de mi padre, en su libro Leyenda de la Puebla de los Ángeles.
Termina el libro que vengo comentando, de 270 páginas, con los artículos de Maria Guadalupe Gil Cariño, sobre la casa y museo universitario, conocida como "Casa de los Muñecos" con varias hipótesis que no concuerdan con la Leyenda, muy interesantes y el de La Reconstrucción en 1937 del Teatro Principal por Patricia Galán que en 3 tiempos de las 3 llamadas para iniciar las obras, hace simpática crónica de la reconstrucción de dicho monumento histórico, que por cierto, dato poco conocido, en la estadía en Puebla, ya como Gobernador el general Maximino Ávila Camacho, en un acto de sus "sombras", al conocer el estado tan lamentable en que se encontraba, ordenó al entonces Presidente Municipal doctor Sergio B. Guzmán, que fuera derruido y que se adquiriera como terreno, para dedicarlo a una gasolinera que tanta falta hacia en el centro de la ciudad.
Al negarse a tal orden, por considerar que la destrucción de lo que quedaba del Teatro Principal, constituiría un crimen de lesa cultura, dice el hijo del doctor Guzmán, Sergio, en su libro "Hombres de Puebla", Semblanza, editado en 1999, cayó en desgracia del todopoderoso Maximino, su padre, lo que lo orilló a presentar su renuncia, antes del término de su mandato. Preciosa, la meticulosidad de las cuentas que entregaba el licenciado Rodolfo Sarmiento, encargado de la reconstrucción, al doctor Guzmán y el acta depositada en la clave del arco, Las butacas del lunetario, ya reconstruido el Teatro, fueron donadas por el gobernador Maximino Ávila Camacho, lógicamente con fondos de los impuestos recaudados entre los poblanos.
Cierra el libro, el documentado artículo de Maria Leticia Hernández Camacho, coordinadora de Relaciones Públicas de la AMPEP, sobre el templo y Hospital de San Juan de Dios, con detalle de su arquitectura civil y religiosa, en donde sobresalen las pinturas y esculturas que este escondido templo para los poblanos, posee y conserva. Dentro de la danza de los millones, para restauración por los desperfectos del sismo de 1999, le tocó al templo, una pizcacha, concedida como favor, por el entonces Gobernador Melquíades Morales Flores y su personero de cultura Pedro A.Palou García.
Felicitaciones y en horabuena, a la AMPEP, por este su noveno libro.
Mi correo para sus comentarios. wwwrigocorderob@yahoo.com. Ciao.
Última actualización el Sábado, 11 de Abril de 2009

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