jueves, 27 de enero de 2011

Puebla, secretarios de estado. Raúl Torres Salmerón

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La Jornada de Oriente



SIN LÍMITES

Puebla, secretarios de estado, enemistades con los alcaldes y los “inventos sexenales”

Raúl Torres Salmerón

Con afecto, para José Luis y Sebastián Martínez Fajardo, en estos momentos difíciles.
La historia es la mejor maestra y consejera, pero nunca se aprende: los secretarios de estado a nivel federal son posibles presidentes de la República; en Puebla, desde el gobierno de Alfredo Toxqui, uno de los alcaldes está siempre en desavenencia con el gobernador en turno y cada seis años siempre hay “inventos políticos”.
Los esfuerzos de cada gobernador por crear una clase política joven, fracasan en un elevado porcentaje.
Cuando un poblano llega a una secretaría de estado a nivel nacional, es sin duda, un honor, al que pocos han llegado. De Lázaro Cárdenas, en el inicio de los gobiernos sexenales, el puesto lo han ocupado 20 políticos, algunos repetidores.
Incluso, los presidentes de la República poblanos han sido sólo cinco del total de 65 del año 1821 a la fecha.
Ellos fueron Gustavo Díaz Ordaz, nacido en San Andrés Chalchicomula (1964-70); Manuel ávila Camacho, originario de Teziutlán (1940-1946); Martín Carrera Sabat, oriundo de Puebla (29 días de 1855); Ignacio Comonfort, nacido en Amozoc (1855-1857) y Juan Nepomuceno Méndez, nativo de Tetela de Ocampo (1876-1877).
A continuación, los poblanos distinguidos desde la época del general Lázaro Cárdenas a la fecha.
Sólo 20 poblanos
En el gabinete de Felipe Calderón los que tienen raíces en la entidad son Josefina Vázquez Mota, secretaria de Educación Pública, cuyos padres son de origen poblano, y Javier Lozano Alarcón, Secretario del Trabajo y Previsión Social.
En el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006) figuró también Josefina Vázquez Mota como secretaria de Desarrollo Social y la sustituyó otra poblana, por adopción, Ana Teresa Aranda Orozco. Otro poblano fue Gerardo Clemente Ricardo Vega García, Secretario de la Defensa Nacional.
En el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), un poblano ocupó la Secretaría de la Defensa Nacional, el general Enrique Cervantes Aguirre.
De acuerdo con una recopilación de don Rodolfo Pacheco Pulido, acucioso cronista poblano, también han ocupado el cargo de secretario de Estado en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) Fernando Solana Morales, en Relaciones Exteriores; el general Antonio Riviello Bazán en la Defensa Nacional; Manuel Bartlett Díaz, en Educación Pública, y Guillermo Jiménez Morales, en Pesca.
Durante la presidencia de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) solamente figuró los seis años el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz.
Cuando fue presidente de la República José López Portillo (1976-1982) nombró a Julio Rodolfo Moctezuma como secretario de Hacienda y Crédito Público y a Fernando Solana como secretario de Comercio.
En el sexenio de Luis Echeverría álvarez (1970-1976) los poblanos brillaron por su ausencia. Ninguno figuró esos seis años.
El presidente Gustavo Díaz Ordaz (de 1964 a 1970) designó como secretario de Salubridad y Asistencia al doctor y general Rafael Moreno Valle, abuelo del senador de la República panista, Rafael Moreno Valle Rosas.
Adolfo López Mateos (1958-1964) nombró al poblano Gustavo Díaz Ordaz como secretario de Gobernación.
El único poblano en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) fue el general Rodolfo Sánchez Taboada, secretario de Marina, abuelo del ex senador de la República, Germán Sierra Sánchez.
En la presidencia de Miguel Alemán Valdez (1946-1952) ningún poblano fue integrado a su gabinete.
Los Ávila Camacho
El presidente y general Manuel ávila Camacho (1940-1946) designó a su hermano Maximino como secretario de Comunicaciones y Obras Públicas y como secretario de Educación Pública a Luis Sánchez Pontón, tío del periodista Manuel Sánchez Pontón.
Fueron secretarios de estado en el régimen de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940) el general Manuel ávila Camacho, quien ocupó la cartera de Guerra y Marina que luego se transformó en Defensa Nacional y Leónides Andreu Almazán, originario de Guerrero, poblano por adopción, fue jefe del departamento de Salubridad y gobernador de Puebla.
Ellos han sido los poblanos políticos distinguidos. Unos fueron luego gobernadores y otros presidentes.
Enfrentamientos
De acuerdo con la historia reciente, un hecho relevante es que siempre alguno de los alcaldes de un trienio han vivido enemistados o tenido desavenencias con el gobernador en turno debido la imposición que se les hizo.
Los ejemplos son a partir del gobierno del doctor Alfredo Toxqui Fernández de Lara, reconocido por tirios y troyanos, de ser quien pacificó la Puebla violenta de los años 1960-1970, luego de tener seis gobernadores en 11 años: En 1964 eligen a Antonio Nava Castillo, lo sustituye Aaron Merino Fernández; eligen a Rafael Moreno Valle, lo sustituye Mario Mellado García, luego Gonzalo Bautista O’Farril y lo sustituye Guillermo Morales Blumenkron.
El doctor Toxqui (1975-1981) tuvo como alcaldes a don Eduardo Cué Merlo y a Miguel Quirós Pérez, con éste último tuvo desavenencias porque le fue impuesto por el entonces jefe del Estado Mayor presidencial, general Miguel Angel Godínez Bravo.
Guillermo Jiménez Morales (1981-1987) corrió con peor suerte. El dirigente nacional del PRI, Gustavo Carvajal Moreno, le impuso a Victoriano Alvarez García como presidente municipal y los desacuerdos estuvieron a la orden del día. El otro edil fue el profesor Jorge Murad Macluf, quizá el mejor alcalde de la Puebla moderna, y pese a ser su gran amigo, tuvo ciertas envidias por su popularidad.
Mariano Piña Olaya (1987-1993) tuvo que lidiar con la imposición como alcalde de Guillermo Pacheco Pulido –curiosamente por Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernación–, por ser el priista más aceptado y conocido. El otro presidente municipal con quien trabajó sin problemas fue Marco Antonio Rojas Flores.
Con Manuel Bartlett Díaz como gobernador (1993-1999) el primer alcalde fue Rafael Cañedo Benítez y una relación tersa. Con el segundo, el panista Gabriel Hinojosa Rivero, fueron memorables las discusiones y enfrentamientos, por la terquedad y postura del edil.
Melquiades Morales Flores (1999-2005) tuvo a Mario Marín Torres de alcalde, donde afloraron enconos y desavenencias, y con el panista Luis Paredes, fueron de escándalo los enfrentamientos y los acuerdos.
Mario Marín Torres (2005-2011) tiene como alcalde al priista Enrique Doger Guerrero. Los medios de comunicación han publicitado hasta el exceso sus desacuerdos y enfrentamientos entre el alcalde y funcionarios estatales. Como están las cosas ahora, sería increíble que si la elección a la alcaldía de Puebla, la gana un panista, podría haber mejores acuerdos políticos.
Inventos sexenales
También se registra otro fenómeno típico de cada administración estatal: los inventos sexenales. Estos son, presuntos políticos que solamente brillan en un sexenio y no dan para más. Es difícil crear una nueva clase política poblana, por su idiosincracia. Veamos a los poblanos no tan distinguidos al nivel de secretarios de estado.
Ya lo apuntó Edmundo Dantés, en Duelo de espadas de cambio: le dio el nombre “inventos políticos sexenales”.
Alfredo Toxqui fue el último gobernador que se preocupó por crear una clase política poblana. Una generación políticos que a la fecha o recientemente figuraron de manera importante, como Guillermo Pacheco Pulido, Marco Antonio Rojas Flores, Carlos Palafox Vázquez, Melquiades y Jesús Morales Flores, Miguel Quirós Pérez y otros.
Después de Toxqui empezó la necesidad de crear nuevas generaciones de políticos, pero Guillermo Jiménez Morales no pudo hacerlo. Nadie de esa época a la fecha ha brillado. Ello provocó la aparición de los “inventos políticos sexenales”.
Del grupo jimenista brillaron como nadie Raúl Castillo Ramírez y Gabriel Reyes Cardoso, pero hasta ahí.
Mariano Piña Olaya impulsó a Carlos Grajales Salas, radiodifusor, lo hizo diputado federal, senador de la República y ahí quedó. Piña presumía que hizo con Grajales lo que no pudo hacer su padre: que se levantara temprano, que trabajara y además lo hizo licenciado. Otro invento fue el asesor Alberto Jiménez Morales.
Manuel Bartlett Díaz impulsó a una nueva generación de políticos que no cuajaron: Ignacio Mier Velasco, Bernardo Díaz Solís, Julio César Bouchot, Eduardo Vázquez Valdez, entre otros.
De los que siguen en la escena política. Jorge Estefan Chidiac ha destacado como diputado federal, subsecretario federal, delegado del IMSS, titular de Sedesol estatal y ahora nuevamente diputado al frente de la Comisión de Hacienda. Un poco menos, pero han hecho su lucha, José Luis Flores Hernández y Luis Antonio Godina Herera.
Melquiades Morales Flores tuvo dos “inventos sexenales”. Uno, su proyectado delfín, Rafael Moreno Valle Rosas, a quien hizo secretario de Finanzas y diputado federal. Un Frankestein que apoyo a Mario Marín a cambio de la presidencia del Congreso local, pero al no ser candidato a senador abandonó al PRI, y apoyado por Elba Esther Gordillo y el PAN, llegó a esa posición. Tiene como obsesión llegar a ser gobernador como sea, fuera de reglas y lealtades.
El otro fue Víctor Manuel Giorgana Jiménez, quien se desempeñó como secretario particular y presidente de la Gran Comisión del Congreso del estado. Ahora dirige el Organismo de Carreteras.
El gobierno actual
El actual gobierno parece proyectar varios “inventos sexenales”. Figura primero, el secretario de Gobernación, Javier López Zavala.
Otro es Valentín Meneses, quien en sólo dos años ha sido director de Comunicación Social, Director del DIF estatal y ahora dirigente estatal del PRI.
Uno más, es Mario Montero Serrano, quien en la elección federal parece haber terminado su carrera política. Fue dirigente del PRI y candidato perdedor al Senado de la República.
A cuatro años de terminarse este sexenio son los “inventos políticos sexenales” que se vislumbran. ¿Llegarán más allá del sexenio? Sólo el tiempo lo dirá.
Una cosa curiosa, el ecuatoriano Mikel Agirrebiria Agirre ha escrito una prosa titulada “Al Sepelio por el sexenio” y lo describe así:
La vida es por sexenios: Estudias durante tres sexenios: infantil de seis años, primaria de seis a 12 años y secundaria de 12 a 18 años, hasta la mayoría de edad.
Si eres universitario, te instruyes un sexenio, de los 18 a los 24 años; trabajas luego seis o siete sexenios, equivalentes a 12 o 14 trienios, hasta los 60 o 66 años.
Como jubilado vives durante otros tres sexenios, y si eres mujer, un sexenio extra.
Total: 13 sexenios para caballeros y 14 para las damas. Visto así parece muy poco.
¿Cuántos sexenios has vivido ya y cuántos te quedan?
En fin, como escribió Eugenio Montejo (Venezuela, 1938) en su poesía “Al fin de todo”:
Y al fin de todo, si algún fin existe,
no quedarán palabras, son inventos
del hombre iluso que inventó la tierra;
ni tierra alguna, que
fue invento del cosmos
tras expandirse los
cúmulos del magma;
ni el vasto cosmos que
inventó la nada
al trasmutarse en efímera materia;
ni la nada tampoco que
fue invento de Dios,
ni el mismo Dios que es
invento del tiempo...
No quedará nada de
nadie ni de nada
sino el tiempo tras sí
mismo dando vueltas;
el tiempo solo, invento de un invento,
que fue inventado también
por otro invento,
que fue inventado también
por otro invento,
que fue...


La Jornada de Oriente
miércoles 22 de febrero de 2006

• Las crisis en los gobiernos


• Aprendamos de la historia

Raúl Torres Salmerón

In memoriam. Doña Blandina Torres de Marín. Descanse en paz.
Independientemente de cuestiones jurídicas, la investigación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para ver si se violentaron las garantías individuales, la denuncia presentada en la PGR por diputados federales perredistas, así como el desenlace en la Cámara de Diputados con la amenaza de juicio político o la desaparición de poderes en la Cámara de Senadores, vale la pena prevenir a los poblanos de no volver a caer en los mismos errores de la década de los 60.
En esos tiempos Puebla tuvo cuatro gobernadores en un sexenio, el de 1969 a 1975, que provocó una crisis política y de gobernabilidad permanente causando atraso y marginación. Antes de ello, hubo un despótico gobernador, el militar Antonio Nava Castillo que fue sustituido.
Debemos tener cuidado. La historia se repite. No la entendemos y menos aprendemos.
Se oyen ya los tambores de guerra, Marín habla de no provocar a la Puebla revolucionaria y organiza actos de apoyo y sus enemigos, las universidades privadas, el partido conservador y organismos no gubernamentales preparan ya una marcha para exigir su renuncia.
Una sola voz solitaria, del alcalde priista Enrique Doger, ha llamado al gobierno estatal a la prudencia para no generar hostilidad en los ciudadanos, que empiezan a dividirse entre partidarios de Lydia Cacho Ribeiro y de Mario Marín Torres.
En los últimos 50 años –toda una generación–, Puebla ha vivido serias crisis de gobernabilidad. Hay que aclarar que el sistema político priísta estaba en época dorada y quien decidía los destinos de los estados, el nombramiento de candidatos y su remoción era el presidente de la República en turno. Esta es la historia.
Nava Castillo
Después de los gobiernos por elección del general Rafael Avila Camacho (1951-1957) quien otorgó la autonomía a la Uap y creó los famosos Centros Escolares, y de Fausto M. Ortega Olazo (1957-1963), con un interinato breve de Arturo Fernández Aguirre, llegaron los problemas.
El general Antonio Nava Castillo, arbitrario y prepotente, electo gobernador en 1963, tras 20 meses y 20 días solicitó licencia por conflictos con universitarios, conocido popularmente como “el problema de la leche”. En esa época la universidad se dividió entre carolinos y fúas, es decir, la izquierda contra la derecha.
Apoyado por empresarios Nava quiso implantar una planta pasteurizadora y poner orden en la venta de leche bronca. Los estudiantes apoyaron a los lecheros, hubo represión y ante el escándalo fue removido.
Lo sustituyó en 1965 Aarón Merino Fernández conocido como el modernizador de Puebla con la instalación de Hylsa y Volkswagen y el entubamiento del río San Francisco. Con una paz precaria se efectuó otra elección.
Otro general, Rafael Moreno Valle fue electo para el periodo 1969 a 1975, que no terminó –estuvo 3 años con 21 días– los conflictos con campesinos hicieron que oficialmente pidiera licencia por enfermedad.
Lo sustituyó del 23 de marzo al 14 de abril de 1972 Mario Mellado García. El Congreso nombró sustituto al doctor Gonzalo Bautista O’Farril, entonces alcalde de la capital, quien solamente gobernó un año y 15 días fue obligado a renunciar por conflictos universitarios. Nuevamente los fúas y carolinos pelearon, hubo represión gubernamental y escándalos. En 1972, los expulsados de la Uap fundaron la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.
A Bautista, hay que reconocerlo, los poblanos lo apreciaban. A pocos días de caer, miles de ciudadanos se manifestaron en el zócalo –sin acarreos– para apoyarlo sin éxito, luego de una balacera entre policías y estudiantes el 1 de mayo de 1973 en el edificio Carolino.
Ocupó su lugar Guillermo Morales Blumenkron, un radiodifusor quien concluyó ese sexenio en medio de problemas. Pese a su avanzada edad logró terminar con precaria paz social.
Alfredo Toxqui
El doctor Alfredo Toxqui Fernández de Lara (1975-1981) fue candidato al gobierno. Su lema de campaña reflejaba la situación en Puebla: “Cancelemos odios y rencores”. Logró concluir su sexenio, cosa inusitada en la Puebla de esa época, luego de seis gobernadores en 12 años.
Toxqui logró pacificar al estado aunque también tuvo sus crisis, la más formidable, un paro del comercio en pleno 10 de mayo, organizado por el entonces líder empresarial Eduardo García Suárez. Aguantó embates universitarios y empresariales. Llegó la calma y se dio el lujo de impulsar la cultura popular y hasta editar discos con canciones poblanas.
Jiménez Morales
Como gobernador, Guillermo Jiménez Morales (1981-1987) enfrentó una matanza de 25 campesinos invasores de tierras en la zona de Pantepec a manos de guardias blancas. Sostuvo contra viento y marea la elección de Jorge Murad del PRI contra Ricardo Villa Escalera del PAN a la alcaldía de Puebla. Hubo grandes manifestaciones.
También peleó con empresarios adueñados de la Junta de Mejoramiento Moral Cívico y Material del Municipio de Puebla y hubo balaceras en la universidad.
Piña Olaya
Mariano Piña Olaya (1987-1993) dejó encomendado el gobierno a un asesor: Alberto Jiménez Morales, ex líder nacional de la CNC. Se dedicó a los negocios y a disfrutar de su puesto de gobernador, pero en el Distrito Federal; Piña encaró manifestaciones de cacerolas vacías comandadas por Ana Teresa Aranda, la panista que despacha actualmente como Secretaria de Desarrollo Social del gobierno federal.
Enfrentó manifestaciones de la poderosa agrupación 28 de octubre de vendedores ambulantes. Se le revirtió la expropiación de terreno en la zona Atlixcáyotl y soportó manifestaciones de mujeres vestidas de negro. Su último informe prefirió enviarlo al Congreso.
Bartlett Díaz
Manuel Bartlett Díaz (1993-1999) tuvo problemas. Antes de tomar posesión enfrentó a Antorcha Campesina y luego, ante acusaciones de medios nacionales e internacionales, aclaró que no tenía ligas con el narcotráfico. Fue llamado por un Gran Jurado en Estados Unidos.
Luego de tres años de tranquilidad, enfrentó a los consejeros imparciales del IFE, incluido Santiago Creel. Entregó el municipio de Huejotzingo al PAN para que ese partido se sentara en gobernación para acordar una reforma electoral. Hubo marchas contra la construcción del agua potable procedente de Nealtican. Desafió al entonces presidente priista Ernesto Zedillo. El asunto de la “caída del sistema” de 1988 lo persiguió siempre.
Morales Flores
Quien menos crisis de gobernabilidad tuvo fue Melquiades Morales Flores (1999-2005). Contuvo el escándalo de su secretario particular Víctor Manuel Giorgana, acusado de tráfico de influencias por liberar a un industrial regiomontano de la cárcel. Hubo momentos críticos cuando unas enfermeras del Hospital del Niño Poblano se cortaron las venas por no dejarlas sindicalizar y cuando se dio a conocer por el diario Intolerancia, una grabación entre el senador Germán Sierra y Ernesto Echeguren sobre la sucesión del gobierno estatal. Quizá tuvo razón de ser excesivamente prudente y tolerante en un estado como Puebla.
Ahora a menos de un año de tomar posesión Mario Marín, desde diciembre pasado enfrenta un linchamiento mediático con el asunto de la detención de la periodista y escritora Lydia Cacho y su traslado de Cancún a Puebla y posteriormente las conversaciones telefónicas con el empresario Kamel Nacif, de donde se han hecho famosas y puesto de moda para saludar las frases “mi gober precioso” “papá” y “mi hérúe” aplicadas a cada profesión y actividad humana.
También Marín enfrenta una división entre sus seguidores y los antimarinistas. Se habla de marchas a favor y contramarchas. Ya la SCJN deberá avocarse a investigar el caso Lydia Cacho. Hay amenazas de juicio político por parte de la Cámara de Diputados y desaparición de poderes por parte del Senado de la República.
Una grave crisis en el primer año de mandato. Hace mucho que no se daba. La historia no se recuerda.

Educación abierta

Se firmó un convenio entre el gobierno estatal, la Universidad Autónoma de Puebla y el Colegio de Bachilleres para ofrecer servicio abierto y gratuito de educación a distancia –vía satélite– a un millón y medio de poblanos que residen en Estados Unidos.
El director general del Colegio de Bachilleres de Puebla, José Roberto Fuentes López afirmó que el gobierno estatal es eficiente, construye sus proyectos con la participación comunitaria y las orienta en oportunidades, manteniendo la cercanía permanente con los poblanos, a través de estas acciones públicas, llevando beneficios a grupos vulnerables.
El titular del Cobaep sintetizó que el programa alusivo refrenda el compromiso del Plan Estatal de Desarrollo 2005-2011 –dentro del cuarto eje: política social y combate a la pobreza.
Este sistema de educación media superior abierta y a distancia en apoyo al migrante trata de satisfacer las necesidades de cualquier persona o grupo social, incluyendo formación para continuar estudios de bachillerato y aumentar las oportunidades de mejoramiento de la calidad de vida de los poblanos en los Estados Unidos.

De todo un poco

La relación con los medios locales, desde el inicio del gobierno endureció. Pocas reuniones. Rechazo a entrevistas. Alejamiento total. ¿Qué sucedió? ¿Qué cambió al Mario Marín afable que todos los medios conocían?... La señora Blandina Torres de Marín falleció ayer de cáncer pulmonar... Óscar Aguilar González pidió permiso temporal al frente del Instituto Poblano de la Vivienda, para dedicarse a su pre campaña. Queda como encargado Samuel Aguilar Pala. Aguilar aspira a ser candidato a diputado federal por el PRI en el distrito de Zacapoaxtla... María Cuanalo Rojas, primera estudiante profesional de la medicina en Puebla en 1919, fue propuesta por el Archivo Histórico Universitario de la uap para que su nombre quede inscrito en el muro de honor del Congreso del estado. A la fecha, sólo existe el nombre de Carmen Serdán Alatriste.
En fin, como escribió Lao Tse (China) en su libro Tao Te Ching, sobre el Tao (la perfección):
VIII
La más alta bondad es como el agua.
La bondad del agua consiste en beneficiar todas las cosas, sin preferencia.
Permanece en sitios que todos desdeñan.
Por ello, está cerca del Tao.
Al habitar se muestra la bondad en el lugar,
al pensar se muestra la bondad en lo profundo.
Al regalar se muestra la bondad en el amor,
al hablar se muestra la bondad en el hablar.
Al gobernar se muestra la bondad en el orden,
al actuar se muestra la bondad en la capacidad.
Al moverse se muestra la bondad en el preciso momento.
Quien no se reafirme quedará por ello libre de reproche.
XVII
Cuando gobierna alguien muy grande y sabio
su gobierno pasa casi desapercibido por el pueblo.
Sus sucesores serán amados y adorados,
y los sucesores de éstos serán temidos.
Más, a los sucesores de éstos últimos los despreciarán.
¡Cuán cauteloso hay que ser con las palabras!
Las obras están concluidas, los días siguen su curso.
Y la gente piensa: “¡Somos libres!”.
XXXIII.
El que conoce a los hombres es sabio;
el que se conoce a si mismo está
iluminado.
El que vence a los otros es fuerte;
el que se vence a sí mismo es poderoso.
El que se contenta con lo que tiene es rico;
el que obra con determinación tiene voluntad.
El que es capaz de mantener su posición resistirá mucho tiempo;
el que es capaz de mantener su influencia vivirá después de su muerte.


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